Cuatro años después de copatrocinar con George Bush y Tony Blair la guerra contra Irak al margen de la ONU, José María Aznar ha reconocido finalmente que el régimen de Sadam Husein no tenía armas de destrucción masiva. "Tengo el problema de no haber sido tan listo y no haberlo sabido antes, pero es que, cuando yo no lo sabía, nadie lo sabía", afirmó el expresidente popular del Gobierno el miércoles durante la clausura de unas jornadas políticas en Alcorcón (Madrid).

Pese a las dudas que numerosos expertos --empezando por el inspector de la ONU Hans Blix-- expresaron desde el primer momento sobre los supuestos arsenales iraquís, Aznar insistió en que "todo el mundo creía" en su existencia. Desde esa convicción, dijo, consideró justificada la ofensiva contra Bagdad. "Las decisiones hay que tomarlas no a toro pasado, sino cuando está el toro sobre el terreno, y es ahí cuando hay que torearlo", alegó.

Pese a todo, el anterior jefe del Ejecutivo defendió aquella decisión con el argumento de que era lo "más conveniente para los intereses nacionales" y se mostró convencido de que, "a pesar de las dificultades", el tiempo le "dará la razón". A modo de atenuante dijo que su Gobierno no envió a "una sola persona" a combatir en Irak y que, de haberlo hecho, habrían sido soldados profesionales, lo que "marca una diferencia con la anterior guerra del Golfo". Omitió que aquel conflicto bélico, al que el Ejecutivo de Felipe González envió soldados cuando el Ejército español no era aún profesional, contó con el respaldo de la ONU.

IndignaciónLas palabras de Aznar provocaron ayer reacciones de indignación en los círculos políticos. El portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, exigió al expresidente que pida "perdón" a los españoles por haber declarado una guerra "horrible" que "está causando centenares de muertos cada día" y lo instó a "poner todos los medios" para impedir que el conflicto continúe. López Garrido hizo extensivas sus palabras al sucesor de Aznar al frente del PP, Mariano Rajoy.

En su blog personal, el secretario de Organización de los socialistas, José Blanco, ironizó que Aznar "ha descubierto ahora lo que muchos ya sabían: que no es tan listo" y lamentó que la "torpeza" haya costado "cientos de miles de muertos". Blanco recordó al expresidente que una guerra que ha dejado más de 600.000 muertos es algo que "no tiene ninguna gracia".

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, afirmó que las palabras de Aznar le producen "espanto", porque evidencian a un gobernante que, sin tener información, decide una guerra que ha colocado al mundo "ante el abismo".

Aznar solo encontró comprensión entre los suyos. El secretario general del PP, Angel Acebes, aprobó las declaraciones del expresidente con el argumento de que "si lo ha dicho el señor Aznar, bien dicho está". El portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, criticó al PSOE por su "cansina" insistencia en "hablar sobre la guerra de Irak".

Las palabrasEn pleno debate tras la guerra de Irak, Aznar llegó a afirmar, el 2 de febrero del 2003, que el gobierno de España tenía "información de carácter reservado" de que "el régimen de Sadam Husein, en función del armamento" que tenía, refiriéndose al biológico y químico, suponía "una amenaza para la paz del mundo".