José María Aznar ha comenzado a ponerse la venda antes de la herida en cuanto a las elecciones municipales y autonómicas en Madrid. La posibilidad apuntada por las encuestas de que el Partido Popular (PP) quede lejos de la mayoría absoluta en la comunidad y sólo la roce en el municipio, aunque en ambos casos sea el partido más votado, obligó ayer al dirigente conservador a advertir de que "no se puede ganar de cualquier manera", subrayó.

"No hagamos bromas", avisó Aznar, que presentó a Alberto Ruiz-Gallardón, candidato a la alcaldía de Madrid, y a Esperanza Aguirre, candidata a presidir la comunidad, como un "equipo" para conjurar cualquier tentación de que el voto conservador sea distinto para el ayuntamiento y la comunidad.

El triunfo de ambos candidatos populares debe ser "claro y rotundo, que no admita lugar a dudas", afirmó el líder del PP durante un mitin con personas mayores en el que respaldó a los dos candidatos madrileños.

Una victoria ajustada no sirve a los populares. Aunque consiguieran más votos que en los comicios anteriores, perderían los gobiernos autonómico y local ante una casi segura alianza del PSOE e IU, que sumarían mayoría absoluta. Aznar evitó mostrar signo alguno de desaliento y afirmó que los "catastrofistas" se van a llevar una "sorpresa morrocotuda" el 25 de mayo.

Este es uno de los síntomas detectados por la macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que el Gobierno dará a conocer el próximo sábado. Ese día es el último en que los medios de comunicación pueden publicar encuestas, según estipula la ley electoral, y el Ejecutivo espera que el sondeo oficial poco favorable para sus intereses quede en segundo plano.

El CIS realizó 22.000 entrevistas una semana después de comenzar la guerra de Irak, a mediados del mes de abril. Los resultados han causado preocupación en los dirigentes del PP, que confían en que los votantes valoren más la gestión de esta formación en ayuntamientos y comunidades, y olviden el belicismo del Gobierno de Aznar.

Las advertencias lanzadas por Aznar implican una fuerte movilización de los populares madrileños y redoblar las críticas a la "coalición radical" del PSOE e IU. Un avance de la izquierda, que "pinta una España negra", significaría una "vuelta al pasado".

MANDATO SOCIALISTA

El presidente del Gobierno y líder del PP invitó a sus seguidores a ponerse "mentalmente" en los años 1995 y 1996, últimos del mandato socialista. "La Seguridad Social estaba en quiebra y había que pedir créditos a los bancos para pagar las pensiones", afirmó ante una audiencia de la tercera edad. En esos años, abundó Aznar, había dos problemas, terrorismo y paro, que ahora, "están en vías de solución".

Con este pasado, Aznar pidió el voto para su partido, que se presenta con las "manos limpias".