Sostiene José María Aznar que no entiende por qué cada vez que habla del Estado autonómico se monta tal revuelo político y mediático, puesto que él, asegura, no considera que las comunidades sean un problema, sino que este tipo de administraciones tienen "problemas" que hay que resolver con urgencia. Claro que cuando se pone a vaticinar en público qué podría pasar si no se logra el consenso requerido para retocar el modelo vigente tira de un lenguaje apocalíptico y unos argumentos que rozan el tremendismo, lo que no deja indiferente a nadie. Ni siquiera al PP. "Si queremos seguir formando parte del proyecto europeo debemos resolver, entre otros, los problemas de nuestro Estado autonómico, porque de lo contrario tendremos dificultades crecientes para seguir anclados en el euro", dijo ayer en Madrid.

El que fue presidente del Gobierno entre 1996 y 2004 (o sea, el que pactó con el PNV y CiU en la primera legislatura y el que traspasó ni más ni menos que las competencias en sanidad y educación) presentó ayer oficialmente el informe Por un Estado autonómico racional y viable . En un acto matutino en el que reunió a más de 500 personas, Aznar insistió en que España puede ver "gravemente amenazada" su condición de socio europeo y pasar a ser "un socio de segunda" en caso de no atar en corto a autonomías que, en algunos casos, aspiran a ser "miniestados".

EL TECHO DE GASTO Es evidente que Aznar y el actual líder de los conservadores, Mariano Rajoy, comparten un fin, que es "racionalizar" el modelo autonómico a fin de ahorrar costes en tiempos de crisis. Sin embargo, el abismo que separa el lenguaje utilizado por uno y otro ayuda a sembrar dudas en torno a los deseos reales de Aznar e, inevitablemente, pone nerviosos a aquellos dirigentes del PP obsesionados con afianzarse en el centro político.

En una entrevista publicada ayer en El Mundo , Rajoy apunta que no se plantea recuperar competencias para el Estado central y que cree que cuestionar el diseño actual del modelo de autonomías "es un disparate". "Yo eso no lo planteo, no lo veo sensato", apostilla siguiendo su estrategia de apostar por quitarle grasa a una Administración que ve demasiado hinchada, pero sin asustar en exceso al personal. Sobre todo a ese que cambia de voto con la coyuntura política o económica.

En esta línea, Rajoy aboga por evitar duplicidades y solapamientos competenciales; por garantizar la igualdad de los ciudadanos con leyes básicas en materias delicadas como la educación y la sanidad, y por establecer la unidad del mercado, además de fijar un techo de gasto para las autonomías y los ayuntamientos por vía legislativa.

Algunas de esas propuestas fueron defendidas también ayer por Aznar, que se queja de que alrededor del Estado autonómico se ha montado "un nivel de confusión" considerable que nace, a su entender, "de la moda de debatir sobre estereotipos, eslóganes y prejuicios", en lugar de atenerse a análisis detallados. El actual responsable de la FAES dice que hay que mirar el ejemplo alemán, que recuperó competencias de sus länder , y asumir que ha llegado el momento de reformar el modelo de "gestión" territorial para convertirlo en un "activo económico y social" que ayude a superar la crisis.

En este contexto, sacó a colación que Alemania superó hace años su crisis arreglando, por acuerdo de los partidos, su "defectuoso" modelo federal. Aznar defendió un pacto político en España de similares características para solucionar los problemas de un modelo autonómico que tiene "encomendado el sistema de bienestar".

Aznar también dijo que para reflexionar "con rigor" sobre autonomías hay que tener sobre la mesa la sentencia del Constitucional sobre el Estatut, que marcó "de manera inequívoca los límites jurídico-políticos del proceso descentralizador español".

Así las cosas, reivindicó el derecho de la nación española a decidir "su propio destino libremente" y a trabajar por su prosperidad. "Debemos estimular la competencia institucional entre comunidades para mejorar el rendimiento de nuestro modelo territorial", apostilló. Y mejorado el rendimiento por esta vía, continuó, será como España salga de la crisis asfixiante. "España no puede competir ni en Europa ni en el mundo con unas comunidades autónomas aspirando a convertirse en miniestados. No es posible", advirtió. Es fácil deducir que Aznar vuelve a levantar polvareda.