Después de que su delfín, Mariano Rajoy, fracasara la semana pasada en el intento de recabar el apoyo patronal para marginar a Esquerra (ERC) del gobierno catalán, José María Aznar moderó su discurso y prometió lealtad institucional "sea cual sea" la composición del nuevo Ejecutivo. Eso sí, durante un acto celebrado ayer en la Cámara de Comercio de Barcelona, alertó de que si no se respeta el "pacto constitucional" la principal víctima de la "inestabilidad" será "el tejido productivo" de Cataluña.

Como ya hizo durante la campaña electoral, el presidente del Gobierno puso sobre la mesa lo que está en juego. Es decir, la prosperidad económica alcanzada durante los ocho años de colaboración entre los gobiernos del Estado y de Cataluña. Gracias a ello, afirmó, "España tiene hoy los problemas de la prosperidad, no del retraso".

Ante 200 empresarios, Aznar no dudó en atribuir el éxito económico de España a las políticas "predecibles" aplicadas por su Gobierno merced a la estabilidad que proporcionan la Constitución y los estatutos.

RESPETO A LAS URNAS El presidente expresó su "respeto" por el resultado electoral y ofreció colaboración institucional "leal". "Deseo un Gobierno estable y que tenga las mejores relaciones con el Gobierno del Estado. Esto ha funcionado muy bien en los últimos años y espero que siga siendo así", dijo, y subrayó que este entendimiento debe ir "en uno y otro sentido". Además, el presidente José María Aznar reclamó que Cataluña sea una sociedad "abierta, que no caiga en la tentación de la inestabilidad y del recogimiento".