La catedral de Pamplona se quedó pequeña ayer para acoger los funerales por Julián Embid Luna y Bonifacio Martín Hernández, los policías nacionales asesinados por ETA el pasado viernes en Sangüesa (Navarra). Miles de personas quisieron rendir un último homenaje a las víctimas, en un acto cargado de emoción. La nutrida representación política estuvo encabezada por el presidente del Gobierno, José María Aznar, quien afirmó que "los terroristas no tienen más destino que acabar derrotados, y así será". Advirtió que "quedan momentos duros, pero serán derrotados y que nadie espere para ellos otra cosa que no sea la derrota y la justicia".

Aznar llegó acompañado por el ministro del Interior, Angel Acebes, y por el presidente del Gobierno foral, Miguel Sanz (UPN). También acudieron el delegado del Gobierno, José Carlos Iribas; el secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa; los miembros del Ejecutivo navarro; las corporaciones locales de Pamplona y Sangüesa; y otras personalidades y dirigentes políticos.

EL ESTADO DE LOS HERIDOS

Aznar aprovechó su visita a Pamplona para visitar a los dos heridos en el atentado: Carlos Gallo Vilches, trabajador de Telefónica de 37 años, y el compañero de los policías asesinados Ramón Rodríguez, de 44 años. Según el parte médico facilitado por el Hospital de Navarra, el primero presenta "un pronóstico vital bueno", mientras el segundo continúa en estado "grave". Antes de abandonar el centro hospitalario, Aznar se dirigió a los navarros para expresarles su compromiso en la lucha contra el terrorismo.

También contrastó "la actitud del pueblo de Navarra" con "la vergüenza" que aseguró tuvieron que ver en el Parlamento vasco, "protagonizada por algunas fuerzas políticas". El presidente del Gobierno se refería a la sesión del viernes en la que PSE y PP criticaron con dureza al presidente de la Cámara vasca, Juan María Atutxa, por negarse a suspender el pleno tras el atentado.

APOYO DE ZAPATERO

Minutos antes del funeral, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó su compromiso con el Gobierno "de estar juntos contra el terrorismo y en la defensa de la libertad y del fin de la violencia".

De igual forma, el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Fernando Sebastián, recordó a los gobernantes y dirigentes políticos que deben sentirse "moralmente obligados" a anteponer la protección de la libertad y la seguridad a "cualquier otro objetivo partidista".

Por otro lado, el Ayuntamiento de Pamplona y el Parlamento navarro aprobaron ayer sendas mociones de condena del atentado en el que murieron los dos agentes, que los concejales de Batasuna se negaron a suscribir.