El ex presidente del Gobierno José María Aznar aseguró hoy que una "mayoría cada vez mayor" de españoles rechaza la política de "deslealtad y de engaño" en materia autonómica, que se negocie con una banda terrorista y que se "presione" a la Justicia "para que retiren obstáculos al acuerdo con los terroristas".

En este sentido, apuntó que una "enorme mayoría" que echó a los terroristas de los escaños de Ayuntamientos y Parlamentos no quiere verlos regresar "triunfantes a sus escaños, a sus subvenciones y a sus amenazas".

Aznar, que participó en Oviedo en un acto organizado por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que él preside, y la Fundación Melquíades Álvarez, criticó también que una Constitución "nacida para durar" se quiera cambiar por la vía de unos estatutos como el de Cataluña, que "desafían" la idea misma de España, "la única realidad nacional que se puede reconocer".

En este sentido señaló que su "más honda preocupación" es la "tremenda deslealtad de poner en jaque" la Constitución que ha dado a este país sus mejores años de prosperidad, pese a que no hay "ninguna demanda social" que reclame ese cambio.

Para el presidente de la FAES, la falta de respuesta ciudadana a los referendos convocados ante nuevos Estatutos "calificados de históricos y de imprescindibles" muestra que no hay una demanda social que reclame un cambio constitucional.

Añadió que, a pesar de que el PSOE llegó al Gobierno "prometiendo una democracia llamada participativa", en cada uno de los tres referendos convocados ha votado menos gente que en el anterior.

"Las palabras y las realidades cada vez están más alejadas entre sí", afirmó el ex presidente 'popular', para quien "los ciudadanos reclaman su responsabilidad a quienes han emprendido la frívola aventura de cambiar a la carrera la arquitectura institucional de España".

El centro político

En su opinión, los españoles tienen "derecho a pedir su responsabilidad a quienes han cometido el inmenso error de poner en marcha una subasta insensata para ver qué comunidad autónoma es más nación y, por tanto, es menos España".

Previamente, Aznar había incidido en su discurso en que desde la FAES quieren que las "ideas liberales del centro político sean sólidas" y que sirvan para "ampliar la base política del centro reformista, del centro moderado y liberal".

"Las ideas no dan igual: unas producen concordia y otras enfrentamiento; unas ideas generan progreso y otras provocan agotamiento e inercia", afirmó el ex presidente del Gobierno, quien subrayó que a la Fundación FAES le guían dos ideas: la libertad y España.

Según Aznar, "España, la nación que es el espacio de nuestra libertad", puede ambicionar desde la unidad "logros nunca conseguidos" y asegurarse un puesto en el grupo de las naciones más importantes del planeta.

Agregó que reabrir los asuntos "más trágicos de la historia reciente", con "eso que llaman memoria histórica", es pretender que los españoles, en vez de mirar al futuro, miren "a lo peor del pasado".

No obstante, se mostró convencido de que "todo eso está afortunadamente superado" y que el pacto de la Transición española consistió en mirar al pasado "para aprender de él los errores que nunca debían volver a cometerse" y en "no volver a caer jamás en el sectarismo ni en la exclusión de la oposición política".

La intervención de Aznar, que estuvo acompañado por el presidente del PP de Asturias, Ovidio Sánchez, y el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, fue seguida por más de medio millar de cargos, militantes y simpatizantes del PP, que se dieron cita en un hotel de la capital asturiana y que interrumpieron en varias ocasiones el discurso del ex presidente con sus aplausos.

A las puertas, una decena de integrantes del Sindicato de Estudiantes se manifestaron con buzos naranjas, las manos atadas con cuerdas y pancartas en contra de la guerra de Irak y los presos de Guantánamo, protesta que no vio Aznar ya que fue conducido al interior del hotel por otra entrada.