José María Aznar ha demostrado en los últimos tiempos que tiene el don de la oportunidad y su último puyazo hacia el Gobierno y el partido del que un día fue líder ha llegado justo cuando los populares se reunían en Córdoba para alabar las gestas del presidente, Mariano Rajoy.

La interparlamentaria del PP en Córdoba fue concebida desde el principio para subrayar los buenos resultados que, según el partido en el Gobierno, están dando ya los ajustes y las reformas emprendidas.

Una loa al presidente y al Ejecutivo que, de acuerdo al programa marcado, también se ha extendido a la gestión de las comunidades gobernadas por el PP, cuyos representantes han ondeado la bandera de la austeridad, del control del gasto y del uso eficiente de los recursos.

Pero Aznar sigue siendo Aznar: cuando irrumpe, aunque sea desde la distancia, no deja indiferente a nadie.

Y eso es lo que ha pasado esta mañana, cuando el expresidente ha sugerido que "toma nota" de las ausencias de la cúpula y del Gobierno en la presentación de su último libro si con ellas se pretendía escenificar una "ruptura".

En Córdoba, varios miembros de la dirección del PP se han apresurado a negar en declaraciones públicas a los periodistas tal intención, -en línea con lo que más tarde ha dicho la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría- y todos los dirigentes a los que se preguntaba tenían una excusa de su ausencia en el acto editorial de Aznar.

Pero en los pasillos había más de un popular ofendido. Algunos no entienden, como señalaba una diputada nacional que aseguraba sentirse dolida, ese empeño del expresidente en hacer comentarios críticos hacia el Ejecutivo y su propio partido.

Otros trataban de quitar hierro al asunto, como ha sido el caso de un presidente autonómico, que señalaba que cualquiera que conozca a Aznar no debería sorprenderse por estas cosas.

Y además, subrayaba este 'barón', el que está "delante del toro", el que gobierna, y el líder al fin y al cabo es Mariano Rajoy, diga lo que diga su antecesor.

María Dolores de Cospedal no ha citado en ningún momento de forma explícita -tampoco acostumbra a hacerlo- a José María Aznar en su discurso, pero muchos en el partido han visto en el discurso de la secretaria general una respuesta, más o menos subliminal, al expresidente.

Sí está claro que la 'número dos' ha aludido a muchas de las cuestiones de las que se hace eco Aznar cada vez que habla en público, y últimamente lo hace mucho que para eso está de promoción de libro.

En su discurso, Cospedal ha puesto en valor la unidad del PP, ha dicho que el suyo no es un partido "de divisiones ni sectarismos" y no deja "nunca a nadie atrás", ha subrayado que los populares son los únicos que defienden España.

Y ha dejado clara otra cosa la secretaria general: que en el PP y en el Gobierno se mira siempre hacia el futuro, y no al pasado.

Todo un "capón" al expresidente, según ha entendido un dirigente provincial.

Por lo demás, esta interparlamentaria ha transcurrido sin sorpresas y con una aparente tranquilidad en el ala andaluza del partido, que tiene pendiente la elección de su candidato a las próximas autonómicas.

Sí ha habido encuentros y conversaciones entre bastidores pero nadie quiere, cuando se le pregunta, aventurarse sobre quién de los que suenan llegará a la meta vencedor.

Dos de los que están en las quinielas han tenido protagonismo hoy: el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, y el secretario general del PP andaluz, José Luis Sanz.

Ambos han participado con Cospedal en la inauguración, pero aparte de intercambiarse elogios -entre ellos y hacia la secretaria general, que también les ha correspondido- no ha habido ni mensajes ni señales que apunten hacia dónde va el viento.

Tampoco se ha colado apenas en la interparlamentaria la gran cita que el enemigo político tiene este fin de semana: la Conferencia Política del PSOE.

Si acaso para recurrir a la ironía, como ha hecho el portavoz en el Congreso Alfonso Alonso, que ha pedido que salgan de este "concurso de ideas" con alguna con la que poder debatir.

El caso es pinchar al contrincante, aunque sea en el entrenamiento.