Al menos por el momento, la decisión del expresidente José María Aznar es mantenerse en silencio pese a la publicación del ‘informe Chilcot’, en el que su nombre aparece mencionado hasta en 24 ocasiones por su intensa colaboración con los exmandatarios George Bush y Tony Blair para poner en marcha la guerra en Irak. Según fuentes de su entorno consultadas por este diario, Aznar ya ha explicado en distintas ocasiones y en libros cuál fue su papel ante este conflicto y ha admitido públicamente que la información que se dio en su día sobre las armas de destrucción masiva en suelo iraquí resultó “errónea”. Hasta ahí llega su rectificación.

De hecho, quien fuera entonces su ministro de Defensa -actualmente es embajador en Londres- sí ha decidido salir a dar la cara para, entre otras cosas, subrayar que los populares ya purgaron sus responsabilidades en la guerra de Irak en las urnas. Federico Trillo llega incluso a sugerir que los atentados del 11-M (acaecidos tres días antes de la cita con las urnas para celebrar las elecciones generales de 2004) fueron parte del precio a pagar por España, una tesis que los conservadores intentaron rehuir durante años y que, sin embargo, se instaló en el país de forma masiva y es considerada por la mayoría de los políticos, historiadores y sociólogos hoy en día la causa fundamental de que el PP pasara de una aplastante mayoría absoluta en aquellos tiempos a perder los comicios, con Mariano Rajoy como candidato, frente al socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

“Tengo que decir que el señor Aznar, su Gobierno y su partido tuvieron las consecuencias políticas, que es la responsabilidad que se demanda en estos casos, más tremendas que se han tenido en ningún otro país, aún cuando nuestra implicación no era la mayor”, ha alegado Trillo, insistiendo que “se tuvieron las consecuencias que se tuvieron [aquí se intuye la alusión a los atentados de Madrid] y las [repercusiones] políticas posteriores, tremendas”.

“NO MANIPULAMOS INFORMACIÓN”

El exministro de Aznar, en declaraciones a Onda Cero, ha negado en todo caso que hubiera una doble versión en aquellos años sobre lo que estaba ocurriendo y lo que se debía hacer en Irak, rechazando que se diseñara una estrategia de comunicación mano a mano con el británico Tony Blair para convencer a la opinión pública de que se hacía lo posible para impedir una guerra que, según el ‘informe Chilcot’, ya había sido decidida en Washington.

“Hemos dado muchas explicaciones y desde luego nosotros ni ocultamos ni manipulamos información sobre las armas de destrucción masiva. Rotundamente, no”, ha enfatizado el ahora embajador, que recalca una y otra vez que España nunca “participó” en los combates bélicos, sino que se limitó a dar “apoyo político” y prestar ayuda humanitaria cuando estalló la guerra.

En defensa del Ejecutivo de Aznar, ha incidido en que “España no estuvo de combatiente en esa guerra. Lo que sí dio fue apoyo político en las Azores, pero ni combatió ni entro en guerra”. Se le preguntó en ese punto de la conversación si no cree que el expresidente y los que entonces le acompañaban en el consejo de ministros debieran pedir disculpas por sus “errores”, tal y como han hecho otros exdirigentes implicados en Irak. “Yo no sé lo que hará Aznar, pero nosotros no fuimos a la guerra como combatientes y por tanto el planteamiento de España debiera ser otro”, ha contestado.

ASUNTO ‘ARCHIVADO’

En lo que concierne a la reacción del actual Gobierno (en funciones) y de la dirección del partido que un día dirigió Aznar, la decisión es tratar el asunto como si estuviera ‘archivado’. Esto es, la estrategia es no permitir que una cuestión como la guerra de Irak, que ha vuelto a la actualidad por la publicación del ‘informe Chilcot’ en Gran Bretaña, pueda afectar de uno u otro modo al líder popular,Mariano Rajoy, que está en un momento sumamente delicado tratando de buscar apoyos para lograr la reelección. El propio presidente del PP esquivó esta mañana el tema ante las preguntas de los periodistas argumentando que él no había leído dicho informe.

Lo único que dijo Rajoy es que no ha leído el informe y que esto ocurrió hace “13 años” y que en España ya hubo una comisión de investigación “no exactamente sobre esto, pero en la que esto [la postura del Gobierno de Aznar en la guerra de Irak], apareció”, aseveró, refiriéndose a la comisión sobre el 11-M que se abrió en el Parlamento español cuando Zapatero llegó a La Moncloa. Por su lado, quien fuera expresidente del Congreso y exministro de Aznar, Jesus Posada, ha querido elogiar ante la prensa la actitud de Tony Blair, por haber dicho públicamente “que lo siente” y que está arrepentido de lo sucedido. ¿No debería hacer Aznar lo mismo?, se le preguntó inevitablemente a continuación. Sobre eso, prefirió no opinar.

El expresidente de EEUU George W. Bush, principal impulsor de la guerra de Irak (2003-2011), dijo el martes que tampoco ha leído el informe. En un comunicado su portavoz, Freddy Ford, ha explicado que, "pese a los fallos de inteligencia y otros errores que él ha reconocido anteriormente, sigue creyendo que el mundo entero está mejor sin Sadam Hussein en el poder".

Sí ha reaccionado el Gobierno de Barack Obama. Un portavoz de laCasa Blanca, Josh Earnest, ha asegurado que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha tenido que "tratar con las consecuencias de la funesta decisión" de la invasión de Irak en 2003, por lo que es importante que "aprendamos las lecciones de esos errores pasados".