El temor a que el 25 de mayo el Partido Popular sufra un varapalo en las urnas llevó ayer a José María Aznar a distanciarse respecto al resultado electoral. Para evitar que estas elecciones se conviertan en unas primarias de las generales del 2004, el presidente del Gobierno subrayó su carácter territorial y animó a los ciudadanos a elegir "buenos alcaldes y buenos presidentes autonómicos". Nada más.

Junto al primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, ayer Aznar compareció en rueda de prensa en la Moncloa, donde se le preguntó si su activa participación en la campaña --tiene programada una veintena de actos electorales hasta el 25-M-- revela que encajará una eventual derrota del PP como un voto del castigo a su gestión como presidente del Gobierno.

LA MEJOR GESTION

Aznar respondió que hará "todo lo posible" para que el pronunciamiento del electorado sea el "más favorable" para el PP, pero puntualizó que en esta campaña "lo que hay que pensar y evaluar" es "quién puede gestionar mejor un ayuntamiento o una comunidad". A su juicio, hay que dirimir si competencias tan relevantes como la seguridad, el transporte, la sanidad o la educación van a estar "en manos seguras, con un proyecto, o en manos inseguras y sin proyecto". "Estas cuestiones son las que me importan", remachó Aznar.

EL IMPACTO DE LA GUERRA

Las precisiones de Aznar obedecen a la preocupación que se ha instalado en el Gobierno y el PP respecto al impacto que su apoyo a la guerra de Irak --rechazada por una abrumadora mayoría social-- puede tener en el electorado. Un lastre que, según los analistas populares, pesará más en las grandes capitales que en las pequeñas poblaciones, pero que en todo caso puede minar las expectativas electorales del PP.

El secretario general de los populares, Javier Arenas, aseguró ayer, sin embargo, que las sondeos internos del partido detectan una sensible mejora en sus expectativas tras el fin del conflicto bélico. Los populares, explicó, aventajan a los socialistas gracias a la "confianza" creada desde el Gobierno, a la "buena percepción" de la situación económica, la "solidez" de los candidatos y el temor del centro a la "coalición Zapatero-Llamazares".

No obstante, el PP corre el riesgo de perder municipios y autonomías donde, de no obtener la mayoría absoluta, el PSOE e IU pueden arrebatarle el poder. De ahí la insistencia de Aznar en exigir al PSOE que aclare si está dipuesto a pactar con los "comunistas" tras el 25-M.