Decir que ETA lleva dos años sin levantar cabeza es algo más que una frase hecha. Desde que el 21 de mayo del 2008 la Guardia Civil y la policía francesa detuvieron cerca de Burdeos al entonces máximo responsable de la organización terrorista, Francisco Javier López Peña, alias Thierry, la banda ha quedado descabezada en cinco ocasiones, con los arrestos sucesivos de Garikoitz Aspiazu Rubina, alias Txeroki (el 17 de noviembre del 2008); Aitzol Iriondo (el 8 de diciembre de ese mismo año); Jurdan Martitegi (el 18 de abril del 2009), y, ayer mismo, Ibon Gogeaskoetxea Arronategi.

Fuentes de la lucha antiterrorista subrayaron que, al igual que hicieron en su día Thierry y Martitegi, Gogeaskoetxea sumaba a su condición de jefe militar de ETA la autoridad para diseñar la línea de actuación de la organización, incluida su estrategia política. "Mi impresión es que en la medida que la banda va perdiendo peso político, el aparato militar cada vez es más definitivo --afirmó ayer el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba--. Siempre se pensaba que en la banda había una parte política, que era la que mandaba; ahora son los de las pistolas los que mandan".

Según el dibujo de la cúpula de ETA que manejan las fuerzas de seguridad, Ibon Gogeaskoetxea (nacido en 1965) y su hermano Eneko (dos años menos que aquel) eran los máximos responsables del aparato militar y del aparato logístico, respectivamente, mientras que Iratxe Orzabal quedaba al frente del aparato político. Algunas fuentes sitúan también en esa primera línea de mando al histórico pistolero José Luis Eciolaza, alias Dienteputo.

El JEFE DE LOS COMANDOS Por debajo de ellos, en un segundo escalafón, destaca la figura de Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias Ata, que es uno de los jefes de los comandos y al que algunos especialistas antiterroristas sitúan como el mejor situado para relevar al recién detenido Ibon Gogeaskoetxea. Mikel Carrera es un pamplonés de 37 años al que se considera implicado en cinco asesinatos y que fue hombre de confianza de Txeroki. Como este, defendió las tesis más duras, de retorno a la violencia, durante la tregua decretada por ETA en el 2006.

En este segundo escalafón se encuentra también Mikel Oroz Torrea, alias Peru, responsable de explosivos de la banda. Las fuerzas de seguridad consideran que fue Peru quien encargó a Faustino Marcos montar una nueva fábrica de bombas en una masía abandonada del Pirineo de Girona. Marcos fue detenido el 13 de febrero en la estación de Portbou cuando trataba de llegar a Barcelona en un tren desde Francia.

"Se muevan por donde se muevan, siempre van a tener un policía", aseguró ayer Rubalcaba, quien advirtió de que las fuerzas de seguridad trabajan por detener a la cúpula y a los que están en la base. Recordó que la policía tiene que acertar "todos los días", mientras que a ETA le basta acertar "un solo día" para causar daño.