La alcaldesa de Valencia, la popular Rita Barberá, dice estar llena de orgullo por haberse convertido en las últimas horas en "una víctima política" del partido socialista o, lo que a su juicio es sinónimo, "de la izquierda no democrática". Según parece, dicho sentimiento ha nacido en ella después de que el diario El País publicara el domingo pasado que el empresario Alvaro Pérez, más conocido como el Bigotes e imputado en la trama corrupta Gürtel, lleva años regalándole bolsos de la firma de lujo Louis Vuitton. Barberá, asidua consumidora de tan selectos complementos, niega que el citado empresario le haya hecho obsequios, aunque al mismo tiempo la alcaldesa admite que "todos los políticos, del primero al último, reciben regalos". A su juicio, todas las noticias aparecidas tienen como objetivo asociar su nombre al caso Gürtel y minar así su respetabilidad.

La alcaldesa recibió el apoyo del presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, durante un almuerzo con el que quisieron escenificar la firme unidad del partido tras las últimas filtraciones.

TAMAÑO Y PRECIO En rueda de prensa, Barberá reconoció que suele recibir dádivas por el cargo que ocupa. "Todos los políticos, del primero al último, reciben regalos y por supuesto me da la impresión, sospecho, imagino, que los del presidente del Gobierno y los ministros deben ser un poco más grandes y más caros que los de la alcaldesa", enfatizó la dirigente conservadora.

Dicho esto, volvió a colocarse en el papel de víctima por haber sido objeto de una información, basada en unas conversaciones grabadas al Bigotes, en la que Alvarez cuenta a un tercero que está comprando un bolso para Barberá, que no "da nada" pero tampoco "hace nada", en alusión a posibles adjudicaciones a la red corrupta. "Llevo 18 años al frente del ayuntamiento y nunca he tenido ningún problema con la justicia. Soy yo quien va a pedir explicaciones, no quien debe darlas. No me van a callar. No me van a amedrentar", señaló la alcaldesa valenciana.

En este contexto, Barberá confirmó que se dispone a querellarse contra el grupo Prisa por una supuesta difamación y vulneración del secreto de unas actuaciones que no forman parte del sumario del caso Gürtel y que, según la tesis popular, únicamente están en manos de la policía judicial.

RIADA DE DENUNCIAS Y para respaldar a la alcaldesa, el PP valenciano tiene previsto denunciar a los ministerios de Justicia e Interior, a fin de conocer el origen de las "filtraciones". Incluso la dirección nacional del partido, con Mariano Rajoy a la cabeza, está dispuesta a seguir esta senda de defensa en los tribunales, por lo que presentará otra denuncia ante la campaña "sistemática y planificada de piezas policiales no judicializadas", con el objetivo de que sea un juez "el que determine quién realiza esas filtraciones".

En la práctica, lo que demandan los populares es que se peine a la policía para saber quién es la fuente de las informaciones que le perjudican y, de paso, que los ministros Alfredo Pérez Rubalcaba y Francisco Caamaño den explicaciones por ello en el Congreso de los Diputados. Ayer, desde Malí, Rubalcaba instó a los conservadores a "dejar trabajar"a las fuerzas de seguridad, que persiguen delincuentes, "y eso vale para todos los delincuentes, también para los militantes del PP", según recogió la agencia Efe.

Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, solicitó a su ejecutiva que no se deje marcar la agenda política por el caso Gürtel, mientras Leire Pajín pidió al PP que no convierta "su" descrédito en el del Estado de derecho, informa Fidel Masreal.