Casi todos los dirigentes populares a los que se les plantea la cuestión dan por hecho que algo va a suceder en el seno del PP valenciano en las próximas horas. O en los próximos días. Según parece, depende de la exclusiva voluntad del presidente Francisco Camps. Pero, a tenor de las reflexiones que vienen haciendo unos y otros, Camps no tiene tanta prisa para actuar y, quién sabe si cortar cabezas políticas, como otros muchos de sus compañeros que militan en otras regiones o, incluso, en la propia Valencia. Y es que, una de sus principales aliadas, la alcaldesa valenciana Ritá Barberá, pronunció ayer unas inesperadas y sorprendentes palabras ante la prensa: "estamos en política y en política hay que dar explicaciones y tomar decisiones", afirmó.

Tan contundente frase de Barberá se interpretó en el seno del partido como un espaldarazo de la regidora a las tesis de Mariano Rajoy que ya la pasada semana en un almuerzo en Cuenca hizo saber al presidente valenciano que esperaba que se explicase en público y adoptase medidas ejemplarizantes lo antes posible, después de que se hubiera difundido un informe que apunta a la existencia de financiación ilegal en el PP valenciano y que hubieran aparecido noticias que evidencian una estrecha relación de dos de sus colaboradores directos, Ricardo Costa y Vicente Rambla, con la trama Gürtel .

Barberá dio ayer ante los micrófonos y las cámaras un paso decisivo y seguramente largamente meditado, dada la estrecha relación que mantiene con Camps y la evidencia de que su frase iba a tener trascendencia.

DAR CONSEJOS ¿Haría usted dimitir a Costa?, se le preguntó. Ella respondió que, cuando su presidente le pida consejo, se lo dará. Pero dio una pista de por dónde iban los tiros: "Hice una manifestación expresa de apoyo al secretario general Costa el pasado domingo. Ahora se han visto conversaciones privadas que prueban su relación con Alvaro Pérez, el Bigotes , que no entran en el ámbito judicial. No hay financiación ilegal, las cuentas del PP están auditadas (...) otra cosa son situaciones políticas que se producen y cada uno tiene que responsabilizarse de ellas", enfatizó la alcaldesa.

El presidente valenciano, mientras tanto, guarda silencio, sintiéndose dueño de sus tiempos y haciendo oídos sordos de los mensajes que le envían otros miembros del Partido Popular. Unos lo hacen a través del teléfono. Otros, en las emisoras radiofónicas, como hizo el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, en Onda Cero. "He recomendado a Camps que intente ser lo más justo posible (...). Tiene que tener datos concretos y tomar decisiones por muy duras que sean", subrayó. El presidente valenciano, a través de su portavoz en la Generalitat, Paula Sánchez, intenta ganar horas: "No hay medida que tomar porque el Ejecutivo ha actuado con prudencia y de acuerdo a la legalidad".