Luis Bárcenas confesó ayer sentirse "desconcertado" cuando el juez Pablo Ruz le comunicó que había decretado su ingreso en prisión incondicional porque cuenta con un importante patrimonio en el extranjero "de difícil control e incautación judicial", por lo que su riesgo de fuga se ha incrementado. El defensor del extesorero del PP, Alfonso Trallero, criticó la decisión y anunció que la recurrirá la próxima semana.

En el auto que emitió ayer, el magistrado recopila los últimos informes emitidos por la Policía y la Agencia Tributaria, que sostienen que Bárcenas sigue moviendo su fortuna desde Suiza a otros países como EEUU, Uruguay y Bahamas. Una realidad que reconoció parcialmente el exdirigente conservador en su declaración judicial al admitir que "mantiene una gestión activa de su patrimonio" en el país helvético.

Además, el togado recrimina al extesorero que las explicaciones que le ha ofrecido en su despacho son "parciales, inconsistentes y manifiestamente insuficientes". Y le reprocha que las mismas contradigan las ofrecidas por los gestores de sus cuentas en Suiza.

LA INSTRUCCION El magistrado revela también en su auto que la instrucción del caso Gürtel está a punto de concluir, "al menos en lo referido a los hechos relacionados" con el exdirigente popular. Por ello, afirma que la proximidad del juicio y la dificultad para intervenir judicialmente su patrimonio hacen que cuente con "medios económicos" que facilitarían su huida por "el aumento desproporcionado" de su fortuna. La fiscalía había solicitado horas antes el ingreso en prisión incondicional de Bárcenas y una fianza de responsabilidad civil de 28 millones para cubrir la eventual condena que se le pueda imponer. Si sigue en libertad, añade el juez en su auto, puede tratar de influir en las pruebas y presionar a testigos como la pintora Isabel Mackinlay, que negó ante el juez haber firmado unos contratos de compraventa de cuadros por valor de 560.000 euros.

Bárcenas dedicó parte de su declaración de ayer a desacreditar a esta testigo, de la que dijo que padece "enajenación mental". Sin embargo, el extesorero ofreció "una respuesta vaga, imprecisa e incoherente" sobre el viaje de 14 horas que realizó en junio del 2011 a Argentina, donde se reunió con la pintora. Tras este viaje, el letrado de su mujer, Rosalía Iglesias, presentó en Hacienda cuatro contratos de venta de cuadros cuya firma no fue reconocida por Mackinlay para justificar los ingresos de la esposa de Bárcenas en una cuenta de Caja Madrid que no declaró al erario y pueden acarrearle un delito fiscal.

Por otra parte, Ruz confirma que Bárcenas ha podido cometer un blanqueo de capitales desarrollado en tres fases. La primera la empleó para colocar las comisiones que percibió de Francisco Correa, el cabecilla de la trama Gürtel , y otros fondos en Suiza. Después se dedicó a "encubrir y estratificar" su fortuna para desvincularse de ella mediante "complejas operaciones". En la tercera, reintegró "al sector de la economía real" su patrimonio a través de testaferros y transferencias a bancos de EEUU.

El juez concluye que la fortuna de Bárcenas "carece de justificación a través de negocios jurídicos o actividades comerciales lícitas" porque no ha quedado acreditado que fuera marchante de arte o participara en operaciones inmobiliarias.

En su resolución, el juez informa de que antes de imponer al exdirigente popular una fianza de responsabilidad civil por importe de 28 millones de euros, pedirá un informe a Hacienda. También reclama más información a Suiza. En la jornada de ayer también declararon ante Ruz Rosalía Iglesias y el apoderado Iván Yáñez. Ambos quedaron en libertad. La esposa del extesorero afirmó que ella no sabía nada y que se limitaba a firmar todo lo que le pedía su marido.

Bárcenas ingresó a última hora de la tarde en la cárcel madrileña de Soto del Real en un furgón de la Guardia Civil.