El extesorero del PP Luis Bárcenas ha calificado este martes de "cobardía" la actitud de la "antigua cúpula" del PP, "no de la de (Pablo) Casado, a reconocer errores, porque le parece "moralmente reprochable no reconocer lo que se hizo mal". "Lo único que me molesta es la cobardía a reconocer que nos hemos equivocado, que hemos cometido errores y que nos hemos financiado ilegalmente. Están fuera de la política y ya no se les puede ni exigir la responsabilidad política", aseguró.

Tras responder a la abogada del Estado Rosa María Seoane, lo que le permitió corroborar la verosimilitud de los "papeles" en los que reflejaba la contabilidad en b del partido, porque cuando abandonó el partido no guardó ningún documento sobre la reforma de la sede y los apuntes contables reflejan perfectamente el pago en negro, Bárcenas pudo decir todo lo que le quemaba dentro a través de las preguntas de su abogado, Gustavo Galán.

Empezó explicando por qué había presentado un escrito ante Anticorrupción en el que ofrecía su colaboración, como dijo hacer desde julio de 2013, cuando entregó al juez Pablo Ruz la documentación extracontable que él seguía, porque él solo contaba con lo publicado en 'El País', en el que faltaban tres o cuatro ejercicios y un certificado firmado por él y por el fallecido Álvaro Lapuerta en el que negaban que eso perteneciera al PP, que habían firmado por indicación de este. "Estoy pagando parte de mis errores con una pena de prisión y sin mi declaración no estaríamos aquí en este momento", aseveró.

Toda buena

Según Bárcenas, durante el interrogatorio del fiscal Anticorrupción Antonio Romeral tuvo "la impresión" de que le acusaba de "modificar un papel malintencionadamente" para introducir el apunte de "M. Rajoy". Explicó que solo lo cambió de sitio porque Lapuerta había pedido con insistencia una reunión con él y "no había sido atendido su demanda, mediante una conversación normal", por lo que "había que recordarle que cobraba del partido". Como a preguntas del fiscal sostuvo que solo cambió por siglas el nombre de Gonzalo Urquijo, el propietario de Unifica, que se encargó de al reforma de al sede.

Explicó que los pagos al expresidente del Gobierno los hizo Lapuerta y luego él y se mantuvieron desde 1996-97, cuando el PP llegó al Gobierno, y se prolongaron hasta 2008. Como en el escrito que presentó ante Anticorrupción aseguró que le llevó una copia de la contabilidad en b y que la destruyó en una máquina de destrucción de papel. Cuando le preguntó por qué guardaban ese documento, le respondió que ni Lapuerta ni él querían que les atribuyeran una apropiación indebida.