Alfredo Pérez Rubalcaba será esclavo durante muchos años de la frase "El mayor activo de Tomás Gómez es haber dicho no a Zapatero". Solo cinco días después de que el líder del Partido Socialista de Madrid (PSM) se haya impuesto en las primarias a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez --que fue apoyada por todo el aparato del PSOE--, el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se ha atrevido a marcar distancias con su secretario general. Barreda ha despreciado el apoyo que Zapatero le pueda dar en los mítines durante la campaña de las autonó- micas del próximo mes de mayo ("no necesito a ningún líder nacional", afirmó) y ha avisado al PSOE de que "o cambia de rumbo y toma medidas contundentes" o, si sigue por ese "camino", habrá "una catástrofe electoral".

Estas declaraciones las hizo el jueves por la noche en Onda Cero y ayer dejó claro que no se debieron a una salida de tono. "El concepto de lealtad consiste en decir lo que se piensa, en decir la verdad. Yo espero de mis asesores que, cuando me equivoque, me lo digan, porque si no, me estrellan", afirmó ayer en un acto en Toledo. "Lo que dije de forma muy clara es que la resignación no cabe y que hay margen para la reacción y no podemos estar cruzados de brazos", añadió.

MALOS RESULTADOS Es verdad que Barreda había mostrado en los últimos meses su opinión de una forma igual de vehemente (como cuando recomendó un Gobierno más reducido), pero nunca hasta ahora se había atrevido a atacar de una manera tan directa al secretario general de su partido, que tiene un grave problema de credibilidad y confianza, según concluyen todas las encuestas.

Barreda --que relevó a José Bono en el cargo de presidente de Castilla-La Mancha en el 2005 y ganó las elecciones del 2007-- tiene sobre la mesa de su despacho desde hace varios meses algunos sondeos que auguran que, por primera vez en 28 años, el PSOE no ganará las autonómicas del próximo mayo. Además, en la última consulta a los ciudadanos de la comunidad, en las generales del 2008, el PP se impuso en la región por casi 60.000 votos.

Fuentes del Gobierno reconocen que el presidente castellano- manchego debe intentar competir con su contrincante en el PP, María Dolores de Cospedal, que cuenta con una gran proyección en los medios de comunicación gracias a su cargo de secretaria general de los conservadores.

ANTESALA DEL DESASTRE La historia también le da la razón a Barreda. En 1995, las autonómicas se convirtieron en la antesala del desastre electoral que el PSOE viviría un año más tarde, con el triunfo del PP de José María Aznar. En aquellas comicios, los socialistas perdieron las comunidades de Valencia, Murcia y Madrid, unas regiones que nunca han vuelto a teñirse de rojo.

Barreda, de hecho, hasta se ha atrevido a sugerir, en esta etapa que está viviendo bajo el efecto Gómez, que el actual presidente del Gobierno no se vuelva a presentar a la reelección. "En contra de la opinión de muchos dirigentes, los mandatos deben ser limitados a ocho años", afirmó.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se encargó ayer de responder el arrebato de sinceridad de Barreda. "Zapatero es el mejor activo que tiene este partido y este Gobierno, más allá de opiniones puntuales", declaró la número dos del Ejecutivo.

De la Vega no quiso comentar la posibilidad de que el secretario general del PSOE esté generando incertidumbre entre sus compañeros al no haber comunicado si se presentará a las elecciones del 2012. Fuentes del Gobierno de Zapatero aseguraron que "los tiempos políticos para hacer estos anuncios siempre los marcan los líderes y, en este tema, Zapatero siempre acierta".

El presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, apeló ayer a sus conversaciones y el conocimiento que dice tener de Zapatero, para expresar su convicción de que se presentará a la reelección, aunque sea "probablemente, para inmolarse". En declaraciones a Efe, opinó que Zapatero "lo tiene muy mal", aunque aseguró que el presidente "no tira la toalla en momentos difíciles y encabezará la lista del PSOE".