Lo que era una evidencia en las calles de Euskadi se ha convertido en hecho oficial. Batasuna pedirá el voto para el Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK, en sus siglas en euskera), una fuerza política anónima hace sólo unas semanas. Dos años después de su ilegalización, Batasuna ha logrado erigirse en protagonista de la campaña para las elecciones del día 17 y trastocar todas las previsiones. Camuflada bajo las siglas de EHAK, que tampoco condena a ETA, la formación de Arnaldo Otegi pretende estar en el Parlamento vasco en un momento que considera clave para negociar la paz.

Ante ese desafío, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sigue apostando por la prudencia y recuerda que las fuerzas de seguridad no han hallado por ahora pruebas de una conexión clara entre EHAK y Batasuna que permita asimilarlas y prohibir a la primera. La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, explicó ayer que se han dado instrucciones a la Abogacía del Estado para que "estudie" la situación. También el fiscal general, Cándido Conde-Pumpido, aseguró que se "está trabajando a destajo" en la investigación.

A LA TERCERA Tras dos intentos fallidos de presentarse a las elecciones, Batasuna parece haber hallado el modo. Primero lo probó a cara descubierta y los tribunales la descabalgaron. Después se disfrazó de Aukera Guztiak, sin éxito. De repente, una fuerza durmiente desde que se inscribió en el registro del Ministerio del Interior en septiembre del 2002 --dos meses después de entrar en vigor la ley de partidos-- saltó a la palestra de la nada. Sin embargo, transcurridas unas horas desde su presentación en la campaña, el pasado sábado, aparecieron carteles de EHAK por doquier.

La nueva lista censura toda "violación de los derechos humanos", pero no condena a ETA. El lenguaje de sus candidatos es clavado al que suele emplear Batasuna. Tras pedir "al pueblo vasco" que vote por EHAK, Otegi la calificó como "la única opción legal que hay en estas elecciones que está en absoluta sintonía con el método de superación del conflicto político y armado que plantea Batasuna".

DESPACHO CASI CLANDESTINO En una pequeña oficina de un polígono industrial del barrio donostiarra de Igara, cerca de la sede del diario Gara , la mesa nacional de Batasuna se reunió ayer y convocó a los periodistas para dar a conocer su decisión. En la oficina, un cuarto con las paredes desnudas, sin ningún cartel de la formación ilegal y en la que no hay ni siquiera teléfono, Otegi y los suyos leyeron un comunicado sin admitir preguntas. Argumentaron que el proceso de decisión había surgido de 180 asambleas en las que han participado 5.000 militantes.

El líder de Batasuna no sólo pidió el voto para EHAK, sino que llamó a la militancia de Batasuna a que "se vuelque en los días que faltan de campaña" para que obtenga el mayor número de escaños. Batasuna mantendrá sus actos de campaña --que viene realizando pese a alguna escaramuza con la Ertzaintza-- de forma paralela a EHAK y, según explicó el propio Otegi no habrá ningún mitin conjunto, un hecho que podría ser utilizado para promover la ilegalización de la nueva lista.

Batasuna considera que éste es un "momento histórico" en el "proceso por la paz" y que "está en juego quiénes van a ser los protagonistas de esa negociación", en palabras de Otegi. Por tanto, no puede quedarse al margen. Según la tesis que expuso en el Velódromo de Anoeta hace unos meses, Batasuna estima que deben constituirse dos mesas de negociación, una política entre todos los partidos y otra entre el Gobierno y ETA para la "desmilitarización".

Dirigentes del PNV llaman la atención sobre el hecho de que en la última entrevista con ETA, publicada por el diario Berria al inicio de la campaña, los terroristas exponían sus opiniones políticas, pero apenas fue recogida después en Gara , el diario afín a Batasuna, como antes era habitual. Y lo atribuyen a que esa formación se erigió por primera vez en el acto de Anoeta como "único agente político".

LAS REACCIONES Los peneuvistas están convencidos de que el Gobierno y el PP toleran la nueva lista para arrebatarles la mayoría absoluta. El PP sugirió ayer al Ejecutivo que no necesita reunir todas las pruebas para actuar contra la nueva lista, sino que basta con instar a la ilegalización para proceder a la suspensión cautelar. En Euskadi, María San Gil, del PP, pedía al Gobierno que actúe para que Batasuna "no vuelva a manchar el Parlamento". Patxi López, del PSE, se remitía a los tribunales.