Tras el revuelo mediático originado la semana pasada tras conocerse que el presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, había gastado más de 9.000 euros del erario público en extras de lujo para su coche oficial, ayer el propio Benach ofreció una rueda de prensa en la que rectificó y pidió perdón a quienes hubiera podido ofender.

Benach justificó los extras de su renovado coche oficial (un televisor, una mesa de trabajo y un reposapiés) como "oficina móvil" necesaria para su trabajo de "segunda autoridad" de la comunidad. Pidió "perdón" a "ciudadanos y familias que tienen dificultades económicas" por la polémica desatada. Y, finalmente, anunció que daba instrucciones de retirar de su vehículo "inmediatamente" los accesorios polémicos, así como de suspender la renovación de los dos Audi A6 de sus vicepresidentes, cuyo renting expira en diciembre.

La inmediatez llegó hasta el extremo de que Benach, tras atender a los periodistas, abandonó el Parlamento catalán en el Honda Civic de motor híbrido adquirido hace poco por la Cámara como coche de incidencias. Según fuentes parlamentarias, el Audi A8 fue mandado al taller para que se le desmontaran los polémicos accesorios.

Tras explicar que la renovación del parque móvil del Parlamento catalán fue aprobada por unanimidad el 12 de marzo y defenderla como "coherente con los esfuerzos de austeridad", Benach dijo desconocer "los detalles" por los cuales los servicios de la Cámara pidieron los extras de su coche. También insinuó que su desmontaje acarreará el reembolso de los 9.276 euros.

POLEMICA EN LA XUNTA En Galicia, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, también se halla en la picota por la reciente renovación de su coche oficial, con un coste de 480.000 euros. El PP aseguró ayer que "no hacía falta" renovar ningún vehículo del parque móvil destinado a presidencia y acusó al titular de la Xunta de "no contar la verdad".

Los conservadores también denunciaron ayer las reformas que ha realizado Touriño en su despacho de la Xunta y le acusaron de haberse gastado más de dos millones de euros. "Como a Touriño le gusta vivir bien, quiere que todo el mundo lo note nada más vaya a verlo", ironizó Alfonso Rueda, secretario general del PP de Galicia.