La dirigente posfascista italiana Daniela Santanchè pidió en las últimas elecciones que no se votara a Silvio Berlusconi porque solo es capaz de ver a las mujeres "en horizontal, nunca en vertical". La imagen no puede ser más acertada a la vista de lo ocurrido ayer. El primer ministro italiano hizo ante José Luis Rodríguez Zapatero una exhibición de machismo y mal gusto del todo olvidable. El presidente español atendió con circunspección a la perorata que soltó su homólogo en respuesta a las denuncias de parte de la prensa italiana debido a las supuestas relaciones con prostitutas.

Tras la cumbre bilateral celebrada en la isla de la Maddalena (Cerdeña), ambos mandatarios comparecieron en una rueda de prensa que se convirtió en un show con Berlusconi como protagonista y con Zapatero como testigo mudo. El líder español, que ha convertido la igualdad de género en un ministerio y en uno de los pilares de su política, asistió a la intervención más larga que hasta ahora ha hecho el político italiano sobre los escándalos por sus fiestas privada.

DISCULPAS La jornada había empezado con una disculpa de Berlusconi a cuenta de sus comentarios sobre las mujeres, en este caso las españolas. El primer ministro italiano se acercó a saludar a la delegación, en la que se encontraban Carme Chacón y Elena Salgado, y les pidió perdón por sus declaraciones de hace un año, en las que advertía a Zapatero de que tendría "serios problemas" por incluir a tantas mujeres en su Ejecutivo, a sus ojos "demasiado rosa".

"¿Cómo pueden pensar que desde la patria de Casanova y los playboys diría algo negativo de las ministras? , preguntó al público. "Sois el mejor regalo que Dios nos haya dado a nosotros los hombres", añadió antes de pedir un aplauso por sus palabras. Berlusconi culpó a la prensa de tergiversar sus testimonios y aprovechó para criticar al diario El País , que publicó las fotos de sus fiestas en Villa Certosa.

Un periodista español preguntó a Berlusconi sobre los casos con prostitutas y el dirigente italiano le interrumpió con un chusco "¿Tiene envidia, verdad?". Luego respondió que "todo son mentiras y calumnias" de la prensa y negó haber pagado por mantener relaciones sexuales. "En mi vida he tenido que dar dinero por una prestación sexual. A mí me gusta conquistar", declaró. "Quizá por eso tengo la admiración del 68,4% de los italianos", añadió.

La víspera se había conocido que un empresario, Gianpaolo Tarantini, le organizó el otoño y el invierno pasados 18 fiestas con 30 prostitutas, y Berlusconi se refirió a él por iniciativa propia. "Tarantini vino a algunas cenas con mujeres guapas. Eran amigas suyas. Que se levante alguien y me diga que no es agradable cenar con personas que no están alejadas de la estética", inquirió. También se le preguntó si esos escándalos le han llevado a pensar en dimitir. Ni por asomo. "Sinceramente puedo decir que he sido el mejor presidente del Consejo de Ministros de Italia en 150 años", soltó.

Fuentes de la Moncloa explicaron que el silencio del presidente español fue lo más prudente, teniendo en cuenta que Berlusconi era el anfitrión.