El golpe de Bidart, el 29 de marzo de 1992, supuso un antes y un después en la lucha contra ETA. En esta población francesa, cercana a San Juan de Luz, se produjo una de las mayores operaciones contra la banda y, desde entonces, cada vez le ha costado más tener una cúpula estable. El descabezamiento de la organización ha sido una constante. Los jefes de ETA son más jóvenes y caen más rápido. El último, Aitzol Iriondo, detenido ayer en la localidad francesa de Gerde, hacía solo unas semanas que había tomado las riendas de la banda, tras la detención el pasado 17 de noviembre de Garikoitz Azpiazu, Txeroki.

Poco antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona y de la Expo de Sevilla, la policía francesa detuvo en un chalé de Bidart a la dirección etarra conocida como el colectivo Artapalo. Estaba integrado por José Luis Alvarez Santacristina, Txelis, José Javier Zabaleta Elósegi, Baldo, Francisco Múgica Garmendia, Paquito, y José Arregi Erostarbe, Fiti.

La organización se quedó sin cúpula y ETA sufrió su mayor crisis interna. La policía francesa iba deteniendo a los posibles sucesores y al final fue Mikel Albizy,Antza, quien asumió el control. El 11 de julio de 1992 propuso una tregua con la condición de que el Gobierno del PSOE aceptase recuperar en Santo Domingo las conversaciones de Argel (1989). No hubo acuerdo y ETA respondió con un atentado contra seis militares.

Antza se convirtió en el jefe que más ha durado en estos últimos años. Este crítico de teatro y escritor cayó también en Francia, en Salis-de Béarn, el 3 de octubre del 2004, doce años después de acceder a la dirección. Fue detenido junto a su compañera, Soledad Iparragirre, Anboto, y en 1999 participó en la negociación que el Gobierno del PP mantuvo en Suiza con la dirección terrorista.

SEGUNDO GOLPE CRUCIAL Durante años Antza fue el responsable de los comandos legales y a su compañera se le atribuía el control del impuesto revolucionario. Este golpe fue considerado por las autoridades policiales como el más importante desde el de Bidart.

Tras Antza caen, en distintas operaciones, Joseba Segurola Querejeta, número dos del aparato militar, Peio Esquisabel Urtuzaga, jefe del aparato internacional, y Zigor Garro, responsable de logística.

El pasado 20 de mayo la policía francesa detuvo en Burdeos a Francisco Javier López Peña, Thierry, considerado el número uno. Medio año después, en Cauterets --a 30 kilómetros de Lourdes-- cayó Txeroki, jefe del aparato militar que impuso una violencia llevada al extremo y al que se le atribuye la ruptura de la tregua con el atentado contra la T-4 del aeropuerto de Barajas.

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