A Arun Bharat Ram le encargaron dar la bienvenida a la delegación empresarial española y del Gobierno. Lo hizo a conciencia. El presidente de las Cámaras de Comercio indias agradeció el esfuerzo al presidente, al ministro de Exteriores y hasta dio la bienvenida a José Montilla, sin percatarse de que el ministro de Industria "ya está en otros asuntos" y a última hora declinó sumarse a este viaje.

En India todo es excesivo. Hasta sus políticos. El ministro de Ciencia y Tecnología, Kapil Sibal, por ejemplo, calificó a Zapatero como "el líder más dinámico que España ha dado al mundo". Incluso el presidente español se contagió de la enormidad reinante: "India es un país para quedarse mucho tiempo", afirmó pese a que su visita apenas duró 24 horas.

Son excesivos el calor --44º--, la humedad --90%--, la seguridad --hay que entregar hasta los mecheros antes de ver al primer ministro--, la población --más de 1.000 millones--, los automóviles, la contaminación y las distancias. Pero donde uno ve un problema otros encuentran una oportunidad. Eso buscaban los 70 empresarios españoles que ayer se reunieron con un centenar de colegas indios para buscar negocio en esta potencia en potencia, valga la redundancia.

Para algunos, el viaje mereció la pena: el BBVA se va con un preacuerdo para abrir oficina en Delhi; Banco Sabadell ampliará negocio; Roca ya tiene socio local para una inversión de 50 millones de euros e Isolux ha ganado un concurso para instalar líneas de alta tensión en cuatro estados de India. En un día y sin Montilla.