El debate creado por los planes del Gobierno de revisar al alza algunos impuestos para hacer frente a la actual situación de crisis --una subida que José Luis Rodríguez Zapatero describió el pasado viernes como "temporal y limitada"-- se ha convertido ya en el asunto central de la discusión política en el inicio del nuevo curso, desplazando a las acusaciones de espionaje lanzadas por el PP y a la polémica por la inminente sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán.

Si el sábado Mariano Rajoy dejó claro que los conservadores convertirán el rechazo a la subida de impuestos en el eje de su estrategia de oposición, la publicación ayer de unas declaraciones del ministro de Fomento, José Blanco, sugiriendo que sería conveniente que el incremento de la presión fiscal afectara a aquellos que tengan unos ingresos superiores a 50.000 euros anuales avivaron la controversia.

Blanco fue uno de los primeros en encender el fuego de la polémica cuando, a mediados de agosto, defendió la necesidad de subir los impuestos a las rentas más altas. En una entrevista difundida ayer por la Axencia Galega de Noticias, insistió en la idea, e incluso aportó concreción sobre qué considera rentas altas. "Una persona que tiene ingresos superiores a 50.000 euros al año bien puede hacer una contribución extraordinaria en estos momentos de dificultad", aseguró. El Ministerio de Fomento aclaró por la tarde que la entrevista se había hecho el miércoles, dos días antes de que Rodríguez Zapatero descartara gravar más las rentas del trabajo.

CLASE MEDIA "Si vemos los ciudadanos que declaran a Hacienda, la inmensa mayoría tributan por menos de 30.000 euros de ingresos al año", apuntó el ministro. E insistió: "Eso no sé si es clase media o no, pero cuando hablo de subir los impuestos a clases altas, me refiero a aquellos que declaran, por ejemplo, por encima de los 50.000 euros".

Las palabras de Blanco fueron casi inmediatamente respondidas desde las filas del PP. La portavoz adjunta del partido conservador en el Congreso, Fátima Báñez, las tachó de "globo sonda" y acusó al Gobierno de anunciar medidas que pueden suponer un "varapalo a las clases medias" y que reflejan "el desgobierno, la mentira y la falta de ideas" de su política económica.

"DISPARATE FISCAL" También terció ayer en el debate el portavoz económico de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Sánchez Llibre, quien, en una entrevista a Europa Press, señaló que desde el comienzo de la legislatura la coalición nacionalista ha "moderado" la política tributaria del Gobierno para evitar un "disparate fiscal" como una "subida indiscriminada" de impuestos, que tendría, apuntó, "consecuencias muy nocivas" para la economía española.