Los obispos han sostenido hoy que la Iglesia no es un «contrincante político» del nuevo Gobierno y que se va a mantener con el Estado el «clima de normalidad, acompañamiento y cooperación» que ha habido hasta ahora. Lo ha asegurado en rueda de prensa, tras la reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), su portavoz, José María Gil Tamayo, al ser preguntado por la entrevista que el pasado día 19 mantuvieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de los obispos, Ricardo Blázquez.

El encuentro se produjo dentro de la «normalidad institucional que se vive en este país» y de forma similar a cuando ha habido otros nuevos presidentes del Gobierno; incluso esta primera reunión se ha convocado más rápidamente que otras al inicio de un mandato, ha recalcado Gil Tamayo.

«Es una señal muy positiva», según el portavoz de la CEE, que ha dicho que Blázquez les ha comentado que con Sánchez se trató el papel que la Iglesia ha jugado «con serenidad» en los últimos años. «La Iglesia no es un ser invisible, lo reconoce el Gobierno y ahí están las vías de cooperación en muchos campos y el presidente (Sánchez) quiere contar con ello», ha subrayado.

Gil Tamayo ha reiterado además que la Iglesia «va a decir lo que tenga que decir en el ámbito social y político» y sobre asuntos de la vida (eutanasia o educación de los hijos) pero que no es un «contrincante político». «Hay que huir de lenguajes apocalípticos», al menos entre los «interlocutores máximos», ha opinado.

Si luego «hay voluntarios en la plaza con discursos anticlericales», será dentro «del espectáculo», ha aseverado el portavoz de los obispos, que ha añadido que esa postura «no es la normalidad en la que se quiere estar».

Respecto a la intención del Gobierno de sacar los restos del Franco del valle de los Caídos, Blázquez afirmó que a la Iglesia no le corresponde decidir sobre el Valle de los Caídos.