Gerona y Tarrasa han sido este jueves escenarios de nuevos episodios de tensión entre independentistas y los Mossos d’Esquadra que volvieron a sacudir las costuras políticas del bloque soberanista. En Gerona, la policía catalana cargó con dureza contra varios centenares de personas que trataban de impedir la celebración de un acto a favor de la Constitución en el centro de la ciudad. El resultado: un detenido y una veintena de heridos, entre ellos 15 agentes. La consecuencia política: la CUP exigió otra vez la cabeza del consejero catalán de Interior, Miquel Buch, pero también esta vez ERC pidió una "investigación diligente" para aclarar los hechos. Horas después, en un episodio similar en Tarrasa, la diputada de la CUP Maria Sirvent resultó herida en la mano por el disparo de un proyectil de precisión durante unos altercados que dejaron dos detenidos.

Los incidentes se desataron cuando varios centenares de personas, muchas de ellas encapuchadas, irrumpieron en la plaza 1 d’Octubre, hasta hace poco llamada plaza de la Constitución, para tratar de boicotear la conmemoración de los 40 años de la Carta Magna que había convocado el colectivo Borbonia, autodefinido como un "movimiento ciudadano que aúna a los vecinos de Gerona contrarios al movimiento independentista". El acto había recibido el apoyo del PP y Vox, razón por la cual se había organizado la contramanifestación con el objetivo de evitar que se celebrase.

Plaza blindada

La plaza estaba vallada desde la noche anterior y blindada por una veintena de furgonetas de la policía autonómica para evitar precisamente que manifestantes de uno y otro signo se encontrasen. Al llegar a la plaza, los independentistas derribaron las vallas situadas en uno de los extremos para intentar acceder a la misma por la fuerza, momento en el que se produjo la primera carga de los Mossos. La calma tensa que prosiguió a esta primera carga se rompió a los pocos minutos por la llegada a la zona en la que se encontraban los anticonstitucionalistas del empresario Álvaro de Marichalar, que fue increpado y tuvo que ser protegido por agentes de la policía autonómica.

Cuando Marichalar era escoltado hacia la zona de la plaza en la que se concentraban los constitucionalistas se produjeron nuevos enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y los manifestantes. Alrededor de 200 personas, muchas de ellas con banderas españolas, asistieron al acto. En el Hospital Josep Trueta de Gerona ingresaron tres personas heridas en los incidentes, dos de ellas en estado leve, que fueron dadas a las pocas horas, y una en estado grave, que permaneció en observación aunque evoluciona favorablemente.

Los Mossos se defienden

El director general de los Mossos, Andreu Martínez, defendió que el operativo desplegado fue "correcto y adecuado" para defender el derecho de manifestación, frente al "ataque organizado" contra la línea policial por parte de unos 40 encapuchados, cuya convocatoria, afirmó, no había sido comunicada. Sin embargo, la agrupación de ERC en Gerona exigió "una investigación diligente" para aclarar los incidentes, mientras que la CUP volvió a reclamar la dimisión del conseller Buch, como ya hiciera en dos episodios recientes de cargas policiales contra independentistas.

En este caldeado ambiente llegaron ya por la tarde los disturbios en Tarrasa, cuando un grupo de manifestantes intentó rebasar un cordón policial para impedir un acto de Vox en la plaza Primer de Maig. Tras quemar contenedores y destrozar mobiliario urbano, la policía autonómica arrestó a dos personas, acusadas de atentado a la autoridad. En las cargas resultaron heridos dos manifestantes y cinco mossos. Según la CUP, Sirvent estaba ayudando a una menor que se encontraba en el suelo lesionada por un "impacto en la cabeza" cuando fue alcanzada en la mano por un proyectil de foam, un material antidisturbios que la policía catalana suele utilizar para dispersar a manifestantes desde que se le prohibió usar pelotas de goma.