El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha dado este martes por zanjado el conflicto diplomático de julio pasado con España y otros países europeos que sospecharon que en su avión, que pedía permisos de sobrevuelo, podía estar el exanalista de la CIA Edward Snowden, buscado por EEUU. "No guardo rencor ni resentimiento. Los pueblos indígenas no somos vengativos", ha dicho Morales en rueda de prensa en Madrid, tras entrevistarse con el rey Juan Carlos y el presidente, Mariano Rajoy.

El 2 de julio el avión de Morales, procedente de Moscú, hizo escala en Viena y allí quedó bloqueado después de que varios países europeos pusieran reticencias para el sobrevuelo, ante la hipótesis de que llevara a Snowden, lo cual resultó falso.

Relaciones comerciales

Rajoy y Morales han acordado avanzar en las relaciones comerciales entre ambos países y han revisado la situación de las empresas españolas que operan en el país andino. Rajoy ha recibido esta tarde en el palacio de Moncloa a su homólogo boliviano, con quien ha mantenido una reunión de trabajo en un ambiente "franco y muy cordial", según ha destacado el Gobierno español en un comunicado de prensa.

Ambos mandatarios han revisado los distintos aspectos de las relaciones bilaterales "y han expresado su deseo de trabajar conjuntamente para avanzar en los numerosos temas que son de interés común", en especial a aquellos relacionados con las relaciones comerciales. Durante el encuentro, se ha valorado "el papel que la comunidad boliviana en España juega en el crecimiento económico de ambos países", su "excelente" nivel de integración en la sociedad española y el trabajo llevado a cabo por las autoridades bolivianas y españolas para mejorar la situación de este colectivo. Rajoy y Morales también han conversado sobre la situación regional y las perspectivas de la Cumbre Iberoamericana de Panamá que se celebrará el próximo octubre.

El conflicto

La reunión protocolaria solicitada por el presidente boliviano tiene lugar dos meses después de la crisis abierta el 2 de julio, cuando su avión, procedente de Moscú, tuvo que aterrizar en el aeropuerto de Viena después de que Portugal, Francia e Italia le impidieran aterrizar o sobrevolar sus territorios, una actuación que Bolivia calificó de "secuestro". Los países europeos actuaron bajo la sospecha de que el avión presidencial boliviano pudiera transportar al ex analista de la CIA Edward Snowden, buscado por EEUU.