El ministro de Defensa, José Bono, equiparó ayer a las víctimas del 11 de marzo con los fusilados en el levantamiento del 2 de mayo de 1808. Bono, que realizó esta comparación durante el izado de la bandera española en la plaza de la Lealtad de Madrid, recordó que tanto los que perdieron su vida en los atentados islamistas, como los que lo hicieron contra la ocupación napoleónica, "dieron su vida por España".

La idea de que una bandera española se colocase en esa plaza partió del titular de Defensa y la iniciativa fue bien acogida por el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón. Durante la ceremonia, Bono insistió en que las víctimas de las dos efemérides, que se obstinó en comparar, no murieron "en vano".

CONDENA DE LA DESIGUALDAD "Murieron por la libertad, la justicia, la solidaridad y la igualdad de todos los seres humanos cualquiera que sea su credo, su sexo, religión y domicilio", declaró. Por ese motivo, insistió también en que es el momento de "condenar la desigualdad de quien invoca mejor linaje o sangre para obtener derecho".

El titular de Defensa destacó en su discurso la importancia de la enseña nacional porque "representa a todos los españoles y evoca que todos nacen iguales". En este sentido, Bono subrayó que la bandera "prohíbe los privilegios". Antes de acabar y solicitar a los asistentes que corearan un "viva España", aseguró que, en la actualidad, la bandera española ya no evoca sentimientos "rancios" sino "modernos".

En opinión del ministro de Defensa, lo que simboliza en la actualidad la enseña rojigualda es "la alegría de vivir juntos" aunque, precisó, "a veces nos solazamos en las diferencias". Asimismo, insistió en que es un símbolo "de afecto a nuestra patria, por cierto común e indivisible de todos los españoles".