El PSOE no quiere confiar los resultados de las europeas del 13 de junio a los efectos de la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero el 14-M y a las encuestas favorables. Por eso, su cabeza de lista, Josep Borrell, proclamó ayer en su primer mitin de campaña que "el gran adversario" de los socialistas en estos comicios "no es el PP, sino la abstención".

Para conjurar este peligro, utilizó una receta concreta: reclamar a los electores que no sean "indiferentes" ante la UE ampliada y pedirles que opten entre la "Europa social, laica y unida" que proponen los socialistas y la que a su juicio ha dejado como herencia José María Aznar y su apoyo a la guerra de Irak.

Aproximadamente unas 500 personas aclamaron anoche en Pamplona a Borrell, que confesó que la elección de esta ciudad para iniciar la campaña no había sido por casualidad, porque fue aquí donde inició en el año 1992 la campaña de las primarias internas del partido socialista en las que venció a Joaquín Almunia como candidato a la Moncloa.

Las llamadas de Borrell a la participación electoral fueron constantes durante todo su discurso. "El Partido Popular cambió Europa por la foto de las Azores de Aznar con Blair y Bush, y Zapatero ha dejado las Azores para volver a Europa", resumió.