La polémica generada por el encuentro entre Delcy Rodríguez, número dos del Gobierno de Nicolás Maduro, y José Luis Ábalos sigue coleando. Tanto, que el encuentro entre la vicepresidenta de Venezuela y el ministro de Transportes en el aeropuerto de Barajas volvió ayer al hemiciclo del Congreso de los Diputados para enfrentar a defensores y detractores del también secretario de Organización del PSOE. Representantes del PP y de Vox exigieron a voz en grito su dimisión, y parlamentarios del PSOE y de Podemos respondieron, en pie, con un sonoro aplauso para acallar a la bancada contraria. Un nuevo rifirrafe en la ya larga serie de encontronazos por el caso Ábalos.

Más de un mes después de que el avión en el que viajaba la mandataria venezolana aterrizara en Madrid y Ábalos ofreciera varias versiones diferentes sobre sus motivos para entrevistarse con ella, la cita entre ambos ha pasado por la Cámara baja en un sinfín de ocasiones: preguntas en la sesión de control, una moción e, incluso, el intento de crear una comisión de investigación. Y ayer, una vez más, volvió a ser el partido de Pablo Casado el que siguió insistiendo en que el ministro mentía y pidió a gritos su «dimisión».

Los diputados del PSOE y Unidas Podemos respondieron al ataque puestos en pie y con una ovación para el ministro de cerca de dos minutos. El enfrentamiento arrancó en la sesión de control al Ejecutivo cuando el diputado del PP Andrés Lorite interrogó a Ábalos sobre si ordenó que se habilitara una zona preferente en el aeropuerto para la dirigente de Maduro y le pidió explicaciones sobre lo ocurrido.

«Usted ha hecho de la mentira su método y solo le queda una opción digna: la dimisión», sentenció. Una afirmación que hizo estallar al secretario de Organización socialista. «¿A ustedes les preocupa la mentira? ¿A ustedes que hicieron creer a España y al mundo que el peor atentado que ha tenido España lo había cometido ETA para salvarse? ¿Que no quisieron identificar a los soldados del Yak 42?», contestó Ábalos a gritos para hacerse oír por encima del estruendo de abucheos y aplausos. Fue necesario incluso que la presidente del Congreso, Mertixel Batet, interviniera en el debate para mandar callar a ambas partes. «No sé para qué me preguntan si no me dejan responder», retomó Ábalos aprovechando el silencio. Además, lamentó que a los conservadores, «en el fondo, la verdad no les interesa» y que habían «exagerado» todo lo relativo al encuentro con la mandataria venezolana Delcy Rodríguez.

Pendientes del Supremo

El ministro dio así por zanjado un capítulo más del caso Ábalos, pero no el último. El asunto está en manos de un juez de Madrid, encargado de determinar si debe abrirse un procedimiento penal por el encuentro mantenido en el aeropuerto. Además, también podría pronunciarse el Tribunal Supremo donde PP, Vox y el Partido Laócrata han presentado querellas contra Ábalos.