El jefe del Ejecutivo y el PP demostraron ayer, una hora antes de la cita de la Moncloa, la enorme distancia que les separa respecto a la crisis. La bronca se registró en el Senado, donde el PP y José Luis Rodríguez Zapatero se culparon de no desear el acuerdo, de inacción y de hipocresía en relación a los planes anticrisis y al diagnóstico sobre la situación económica. Y todo entre abucheos y aplausos.

El portavoz popular, Pío García-Escudero, expresó su disposición a dar apoyo a las últimas iniciativas para dar garantías y liquidez al sistema financiero. Pero exigió la retirada de los presupuestos del 2009 y la creación de una comisión que controle el proceso. Pero, ante todo, atacó al Gobierno por marginar a la oposición y no actuar para paliar al aumento del paro.

Zapatero ironizó sobre la voluntad real del PP de apoyar al Gobierno y se preguntó si alguien durante la campaña electoral pronosticó la magnitud de la crisis, y en los escaños del PP se oyó un "¡sí!". Ante ello, Zapatero explotó: "Hasta qué punto se puede hacer un juego tan hipócrita en el debate político!".