Hay relevo en el tramo final de la negociación para liberar a los dos cooperantes españoles secuestrados en Mauritania en noviembre y que aún siguen en manos de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). El Gobierno de Burkina Faso, que actuó ayer como anfitrión en la resolución del secuestro de Alicia Gámez, ha asumido el liderazgo en las gestiones para sacar del cautiverio a los otros dos miembros de la caravana Barcelona Acció Solidaria, Albert Vilalta y Roque Pascual. Burkina Faso, explicaron fuentes cercanas a las negociaciones, "jugará ahora un papel clave como ya lo tuvo en el secuestro de los canadienses dos diplomáticos fueron secuestrados en diciembre del 2008 en Níger y liberados en Malí y en otros conflictos en el norte de Africa".

Fuentes próximas a la negociación aseguraron que Malí se "desvincula" de la primera línea y cede el protagonismo a Burkina Faso. Uno de los objetivos es evitar "nuevos encontronazos" con sus dos vecinos, Argelia y Mauritania, con los que mantiene abierta una crisis a raíz de la excarcelación, por parte de Bamako, de cuatro presos islamistas a cambio del rehén Pierre Camatte.