Varios meses de investigación condujeron ayer a los agentes de la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía a la detención de ocho presuntos extremistas acusados de organizar en territorio español una trama de recaudación y envío de fondos a varios frentes de la yihad . El operativo policial, bautizado operación Submarino, se puso en marcha a las 2.30 de la madrugada. A esa hora, simultáneamente, varias decenas de agentes del GOES echaron abajo las puerta de dos apartamentos en el barrio del Raval de Barcelona. Lo mismo sucedía en otros apartamentos en Castellón y Pamplona.

En el caso de uno de los apartamentos de Barcelona, los agentes entraron mientras uno de los detenidos y su mujer veían la televisión. Ante la irrupción de los agentes, el hombre se quedó quieto. Sin embargo, la mujer tuvo un ataque de nervios y corrió hacia el balcón mientras los dos hijos del matrimonio, de corta edad, rompían a llorar. Horas después, preguntada desde el rellano de su piso, la mujer, tras la puerta, aseguró: "Nosotros somos buenos. No tenemos nada que ver con esto".

12 HORAS DE REGISTROS Los detenidos en Barcelona fueron identificados como Sid Ali Taukoucht y Abdelghani Himmouri. Los otros seis arrestados son Mohamed Bouacha, Mohamed Souici, Youcef Haddallah, Mourad Ait Kaid, Abdennour Chettah y Mustapha Yousfi.

Tras la comprobación de que en las casas no había explosivos, los agentes de información y de la policía científica iniciaron un complejo registro que no terminó hasta las tres de la tarde, más de 12 horas después. En los registros se encontraron 7.000 euros, resguardos de envío de dinero a Argelia, libretas bancarias, cederrones y vídeos, tarjetas telefónicas y documentación.

Fuentes del ministerio del Interior explicaron que los detenidos están vinculados con Al Qaeda en el Magreb Islámico y que forman parte de una red dedicada a recaudar fondos y a enviarlos mediante sistemas de transferencia como Western Union. En los registros, los agentes encontraron numerosos resguardos de esos envíos de dinero. Según esas fuentes, los detenidos empleaban un método conocido como la hawala , un sistema tradicional de envío de dinero basado en la confianza entre mediador y receptor que permite mover fondos sin dejar rastro documental.

PETICION DE AYUDA ECONOMICA Fuentes del ministerio explicaron que buena parte de esos fondos que luego acababan en la yihad procedían de robos y del tráfico de droga. No obstante, ningún detenido tiene antecedentes policiales.

Aunque la financiación era su principal cometido, los agentes acusan a los detenidos de realizar también labores de reclutamiento y adoctrinamiento de voluntarios para sumarse a la guerra santa. De hecho, el secretario de Estado del Interior, Antonio Camacho, calificó de "importante" la operación y explicó que los detenidos formaban parte de "una célula integrista radical" que se dedicaban también "al envío de muyahidines a Irak".

Las fuerzas de seguridad europeas, que consideran a Al Qaeda en el Magreb la principal amenaza terrorista a la que se enfrenta la UE, habían constatado cómo las células de ese grupo habían moderado sus actividades de reclutamiento para concentrarse en obtener fondos. Ese cambio de estrategia obedece a que, hace varios meses, el núcleo dirigente de Al Qaeda en el Magreb Islámico lanzó desde Argelia un llamamiento internacional en los foros extremistas en internet pidiendo de forma urgente ayuda económica, pues la falta de fondos amenazaba las acciones.

El Cuerpo Nacional de Policía ha anunciado que la operación "sigue abierta" y que mantiene contacto con servicios policiales extranjeros para determinar los posibles contactos en el exterior de los detenidos.