En una operación preventiva, la Guardia Civil arrestó ayer en Alicante, Granada y Murcia a 11 presuntos terroristas islamistas vinculados con el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate argelino, una escisión del GIA y uno de los grupos que apoyan a Al Qaeda. Los detenidos están relacionados con la financiación de actos terroristas y la falsificación de documentos.

El ministro del Interior, José Antonio Alonso, compareció ayer en rueda de prensa. "No hay constancia de que fueran a cometer atentados a corto o medio plazo", explicó. Y desveló que la investigación policial, coordinada por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, comenzó hace 10 meses y se enmarca en las operaciones de las fuerzas de seguridad contra la financiación de Al Qaeda.

La célula desarticulada se dedicaba a hacer transacciones económicas a cuentas bancarias de Argelia y fabricaba y suministraba documentación falsa a terroristas de Al Qaeda. Fuentes de la investigación informaron de que esta red obtenía los fondos del robo de vehículos y propiedades, de falsificar tarjetas de crédito y del tráfico de drogas, sobre todo de hachís.

Todos los detenidos son de nacionalidad argelina. Ocho de ellos fueron arrestados en Alicante, dos en Granada y otro en Murcia. Los detenidos, según fuentes de la investigación, estaban reclamados en varios países de Europa por diversos delitos. Además, mantenían contactos con compatriotas suyos asentados en Alemania, Holanda, Reino Unido, Bélgica y Dinamarca.

Uno de los detenidos en Granada ya había sido arrestado al menos en dos ocasiones en Holanda por su presunta vinculación con el terrorismo islamista, según confirmó su esposa, quien precisó que los arrestos duraron 4 y 8 días y desmintió que su marido estuviera involucrado con grupos extremistas argelinos.

LAS EXPLICACIONES La última detención de Abdelhamid A., dueño de un locutorio en el polígono Cartuja y residente en España desde 1998, fue hace un año, explicó su mujer, Fartum, nacionalizada holandesa, cuando su marido fue a visitarla, ya que no podía residir en el país. Asimismo, indicó que la Guardia Civil --medio centenar de agentes desplazados desde Madrid y Sevilla-- entraron en su casa mientras la pareja y sus dos hijos dormían y, tras registrarla, se llevaron 40.000 euros "y todo el oro que teníamos".

La mayoría de los comercios regentados por magrebís en Alicante cerraron ayer sus puertas. Los comerciantes explicaron que la Guardia Civil no les había dejado abrir. La operación policial fue seguida en Granada por un importante número de ciudadanos que mostraron su extrañeza por los arrestos.