Ha sido una campaña tensa y dura, como la legislatura que la ha precedido. Una legislatura en la que el PP, y sus aliados mediáticos, han querido deslegitimar los resultados del 2004 con pintorescas teorías de la conspiración. Es curioso que Rajoy --con notable desmemoria-- negara el miércoles (entrevista en El País ) dicha utilización.

Positivos han sido los debates entre los aspirantes a presidir el Gobierno. Es bueno que hayan vuelto 15 años después. Es verdad que han sido muy encorsetados, pero es absurdo condenarlos cuando balbucean. Una crítica más seria es que se ha excluido a grupos parlamentarios relevantes como IU, CiU, PNV y ERC. Por eso es imprescindible otro debate, en condiciones, de todas las fuerzas políticas. Ningunear este segundo debate, con la presencia de Ramón Jáuregui, por el PSOE, y Esteban González Pons, por el PP, es hacer trampa. Y la sociedad no lo debe volver a consentir.

También hay que apuntar la irrupción de la inmigración como arma electoral. Es un asunto serio, pero la economía española necesita la mano de obra inmigrante. El auténtico efecto llamada es el muy positivo crecimiento económico. Gobernar la inmigración es esencial. Utilizar la inmigración para explotar los legítimos miedos de algunos sectores sociales, como ha hecho Arias Cañete, es un error. Pero el error se puede repetir. Otra hecho es la fuerte implicación de Felipe González, que ha hecho más campaña que otros años en los que era candidato. Y frente a ello, el PP no ha sabido qué hacer con Aznar. No lo han escondido del todo (el domingo compareció en León junto a Rajoy), pero, contrariamente a Ferraz, Génova no ha creído rentable la exhibición del expresidente.

Es imposible no citar la irrupción final de ETA con el asesinato ayer de Isaías Carrasco, exconcejal socialista vasco. Es un crimen fácil (Carrasco había renunciado a la escolta) y repugnante. Con él, ETA solo demuestra dos cosas. Que está muy débil, ya que solo es capaz del cobarde tiro en la nuca. Y que está tan ciega que no atiende ni a la opinión de la propia izquierda aberzale, en grave crisis desde la ruptura de la tregua. La única conclusión es que ETA está en proceso de grapización . Y me niego a dar más relieve al asesinato con el que cree que sigue viviendo.