Felipe VI y Letizia iniciaron ayer en Canarias una gira que les llevará por todas las comunidades autónomas en las próximas semanas. El principal objetivo de esta campaña es promocionar el turismo español, que supone más del 12% del PIB y ha sido uno de los sectores más castigados por la pandemia. Los Monarcas vuelven a la carretera después de tres meses de confinamiento, un encierro que empezó con informaciones sobre las cuentas opacas de Juan Carlos y acabó, el pasado fin de semana, con una noticia sobre las facturas del viaje de novios de Felipe y Letizia. Según The Telegraph, un empresario amigo de Juan Carlos pagó 269.000 de los 467.000 dólares que costaron los vuelos y los hoteles. Es el mismo diario que provocó el comunicado en el que el Rey dijo que renunciará a la herencia de su padre.

Con esta gira, el jefe del Estado vuelve a someterse al plebiscito popular, casi una obligación en una institución que, por su propia naturaleza, no puede ser cesada, sancionada o reelegida. Felipe y Letizia superaron el examen de la calle. Los bañistas que estaban en la playa del Paseo de las Canteras, en Las Palmas, les saludaron con «vivas» y aplausos. «Mucha salud, mucha salud» y «¡Viva la monarquía!» fueron algunos de los gritos que se escucharon. Las instantáneas muestran la nueva normalidad: saludos a distancia y mascarillas en la arena.

La jornada empezó con la visita a la casa-museo del escritor Benito Pérez Galdós, nacido en Las Palmas, ya que este año se conmemora el centenario de su fallecimiento. Tras la visita al paseo de la playa los Reyes se reunieron en un hotel con representantes del sector del turismo. Allí pudieron escuchar al presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas, José María Mañaricúa, cómo rebatía las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en las que consideró que el turismo en España es «estacional, precario y de bajo valor añadido». Sin citarle, el empresario aseguró que el sector, en el archipiélago, no es ninguna de esas tres cosas. Y recordó que el turismo representa para las islas el 35% del PIB y el 40% del empleo. Por la tarde, Felipe y Letizia saltaron a Tenerife, donde visitaron una plantación de fruta y una distribuidora.

Las cifras del turismo en Canarias son similares a las de Baleares, segunda etapa de esta campaña, el jueves. Según fuentes de la Casa del Rey, el periplo por las comunidades se completará antes de agosto. Dentro de esta gira se incluirá, el 1 de julio, el acto de apertura de la frontera con Portugal, en el paso entre la localidad lusa de Caia y Badajoz. También estarán presentes los presidentes de ambos países, Marcelo Rebelo de Sousa y Pedro Sánchez.

El jefe del Ejecutivo está manteniendo perfil bajo con los problemas de la Corona. No así su socio de Gobierno, Podemos. Cuando el Rey dijo que renunciará a la herencia de su padre, Sánchez apuntó que la decisión de Felipe era «necesaria y coherente». Pero las informaciones comprometedoras para la familia real no cesan y, ayer, tras conocerse datos del viaje de novios, las preguntas llegaron otra vez a la rueda de prensa del Consejo de Ministros. La ministra portavoz, María Jesús Montero, pidió que sea la Casa del Rey la que responda sobre la luna de miel. «Siempre decimos que es evidente que tiene que responder en algunas materias con voz propia, tiene autonomía de comunicación», dijo. Según fuentes de la Zarzuela, en el 2004 se informó de que el viaje era un regalo de su padre y es un tema «que se refiere a Juan Carlos». Hoy, en el pleno de control en el Congreso, ERC preguntará a Sánchez por qué el PSOE sigue votando en contra de que se abra una comisión de investigación sobre Juan Carlos y por qué no se acaba la «impunidad» de la que, en opinión de los republicanos, sigue gozando la monarquía.