El zaplanismo tiene las horas contadas en el Parlamento valenciano: su presencia será testimonial en la próxima legislatura, a la vista de las listas electorales del partido. El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, dio ayer la puntilla a los fieles a su predecesor y hoy enemigo interno, Eduardo Zaplana: solo optarán a repetir como diputados tres de ellos, los que siguen siendo consejeros en el Gobierno de Camps.

Los salvados son la titular de Bienestar Social, Alicia de Miguel; la de Cooperación, Gema Amor, y el de Justicia, Miguel Peralta. Camps, que al mantener a los consejeros evita una crisis en su Ejecutivo, no se ha privado, sin embargo, de prescindir del gran amigo de Zaplana, el presidente del Parlamento, Julio de España, cabeza de cartel por Alicante en el 2003.

El presidente del PP valenciano ha contado con el apoyo del líder de los populares, Mariano Rajoy, y del secretario general, Angel Acebes, y ha logrado incluir en la lista de Alicante a Pedro Hernández Mateo, alcalde de Torrevieja, imputado por corrupción. Los socialistas valencianos y el Compromiso por el País Valenciano coincidieron en señalar "la corrupción" como la marca de partida de la lista alicantina del PP.