El bonachón Pedro Cañada pasa por ser un diligente alcalde de su pueblo, Calzadilla, y un pésimo candidato autonómico de Extremadura Unida. Y lo digo con afán constructivo, porque, sin duda, el techo del regionalismo en nuestra comunidad se sitúa muy por encima de las cotas que ha alcanzado, de la mano del actual secretario general, la otrora ilusionante EU. El regionalismo vivió su momento dulce en los albores autonómicos. Ahí están los casos del BNG gallego, el PAR aragonés o el Partido Andalucista, por poner sólo unos ejemplos. Mientras en el resto de España estas formaciones han levantado el vuelo, en Extremadura se han estrellado con todo el equipo. El batacazo definitivo se produjo en los comicios de 1999, cuando EU no logró representación en la Asamblea. Desde entonces, no ha cambiado de líder ni de proyecto. El resultado se adivina.