La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, afirmó ayer que PP y Ciudadanos «no han sabido sostener a la derecha en el espacio democrático que le corresponde» y subrayó que a los mítines de los populares y la formación naranja «ya no va la gente, porque han comprado la idea radicalizada de Vox».

Calvo y el secretario general del PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara, participaron en una asamblea abierta sobre igualdad en el Complejo Cultural San Francisco de Cáceres.

La vicepresidenta manifestó que el PP «se ha visto arrastrado por su esguince, que ha sido Vox, al que en los últimos días les escuchamos planteamientos como que por fin van a llegar los representantes legítimos a las Cortes Generales, lo que es fascismo y una situación muy inquietante».

Consideró que las declaraciones de la formación de Santiago Abascal «se saltan y ofenden 40 años de democracia, cuyo mérito lo tienen los hombres y mujeres que han hecho que este país cuente con una democracia madura y sostenida en el tiempo».

De Ciudadanos declaró que «abandonó el centro el día que apoyó a Rajoy en la moción de censura y, por tanto, apoyó la corrupción, que fue lo que se llevó por delante al gobierno del PP».

En esta línea, recalcó que la «inquietud y desesperación de los líderes de PP y Cs les lleva al disparate y a la mentira, en algunos casos incluso hasta el delirio de lo que proponen».

Insistió en que «lo de Vox no es una incógnita, es una realidad que se está practicando ya, tristemente, en Andalucía, donde recortan impuestos a los más ricos, para dejar de hacer política de distribución de la riqueza y de ayuda social a la inmensa mayoría de los andaluces».

Carmen Calvo persistió en que ahora lo que hay es «una derecha que creíamos que en 40 años había entendido la posición de equilibrio que le correspondía, pero que la ha abandonado».

Y manifestó: «Eso es lo que nos jugamos el próximo domingo: si somos capaces de entender que la España del siglo XXI ha superado muchas cuestiones históricas a las que nos quiere devolver la derecha radicalizada».

Frente a esta situación, defendió que el PSOE es «garantía de futuro y de equilibrio de este país, porque ha sabido entender que si la economía funciona, tiene que funcionar la vida de las personas».