El próximo traspaso de poder en la Generalitat de Cataluña ya ha empezado a provocar chispas, en especial entre ERC y CiU. Josep Lluís Carod- Rovira atizó ayer el fuego al acusar al Gobierno en funciones de CiU de "estar destruyendo documentos en algunos departamentos", además de aprovechar el periodo de provisionalidad para prorrogar concesiones y blindar a parte del personal eventual con contratos fijos. La acusación enojó al líder del grupo de CiU, Artur Mas, que exigió a Carod que no haga "el ridículo" con acusaciones "infundadas".

Carod, que expresó su temor a encontrarse con una Generalitat "sin un real", dejó caer su denuncia en dos entrevistas radiofónicas, sin concretar a qué papeles ni a qué consejerías se refería. Una fuente de ERC explicó que han recibido denuncias de personas vinculadas a Presidencia y Justicia que indican que se están eliminando documentos, aunque admitió que carecen de pruebas más concretas.

CARTA CONVERGENTE Jordi Pujol, Artur Mas y Josep Antoni Duran Lleida dirigieron ayer una carta a la militancia de CiU para mantener prietas las filas y conjurar el desánimo. La cúpula admite que pasar a la oposición es "difícil" y llama a las bases a dedicar "ahora más que nunca" su "energía y entusiasmo" a CiU.