El presidente de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, lanzó un ultimátum a José Luis Rodríguez Zapatero para que resuelva, con hechos y no con palabras, el conflicto que provocó al dar a entender que catalán y valenciano son lenguas diferentes. Entre líneas, el líder republicano insinuó que el presidente podría quedarse en el Senado, el próximo día 26, sin el apoyo suficiente como para sacar adelante sus presupuestos.

Por su parte, la dirección del PSOE confía en que Maragall aprenda de la polémica sobre el catalán-valenciano y del malestar que ese tema generó en el partido. Paralelamente, el PP culpó ayer a Zapatero, de poner en peligro la unidad de España y propiciar la proliferación de "separatistas". "Cada vez son más las voces separatistas que plantan cara al Gobierno, que mira para otro lado", resumió el popular Angel Acebes.