El exsecretario general del PCE, y uno de los símbolos de la transición, Santiago Carrillo, calificó ayer de "disparate" el abrir "una causa general contra el franquismo" y abogó por "refrescar la memoria", pero sin "espíritu de revancha". A principios de mes, el juez Baltasar Garzón se mostró partidario de crear una "comisión de la verdad" que investigara los crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura.

Carrillo, sin embargo, sí apoyó la retirada de símbolos franquistas porque "no es justo que el franquismo haya borrado a la República de calles y plazas" y, sin embargo, sigan en pie "los símbolos de la dictadura". Respecto a la reforma del Valle de los Caídos, recordó que el recinto, construido "con la sangre y la muerte" de muchos presos políticos, refleja "la ignominia" del franquismo, motivo por el que ve "difícil" que se convierta en "algo respetable para todos".

El exlíder del PCE criticó la posición del PP y señaló que son muchos "los que creen" que los populares "no acaban de romper de una vez con lo que fue el franquismo".

El presidente del PP, Mariano Rajoy, juzgó ayer las intenciones del Gobierno sobre el mausoleo de Franco. Rajoy acusó al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero de "sectario" y de protagonizar un "espectáculo lamentable" por "cargarse el espíritu de la transición" con esta reforma. Y el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Antonio Beteta, pidió ayer, que "se respetara la historia" y llamó a "dejar los muertos en paz".