El confidente de la policía conocido como Cartagena no para de sorprender. Un día después de arremeter en el juicio del 11-M contra sus contactos de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE), el eximán de la mezquita de Villaverde (Madrid), Abdelkader el Farssaui, pidió ayer un aumento de 200 euros en su sueldo de testigo protegido.

El Farssaui remitió su solicitud a la sección tercera de lo penal de la Audiencia Nacional, que deberá tomar una decisión y notificarla a la secretaría de Seguridad del Ministerio del Interior. La petición contrasta con su actitud en el juicio, cuando con tono desafiante pidió que se levantase la cortinilla que escondía su identidad. "Ya no le tengo miedo a nadie ni a nada", proclamó, sin que el juez atendiese su reclamo. Apenas 24 horas después, lejos de renunciar a su condición de protegido, El Farssaui ha pedido una mejora en su condición económica.

Por otro lado, el español de origen sirio Mutaz Almallah Dabas, imputado en los atentados, llegó ayer a Madrid bajo custodia policial tras ser extraditado por el Reino Unido. Mutaz, de 39 años, es hermano del procesado Muhanad Almallah. A los dos se les relaciona con Rabei Osman Sayed, el Egipcio.