Pablo Casado está empezando a saber lo que es encajar las críticas internas y, por ahora, afirma que no le preocupan. A los políticos del PP que están desconcertados por los ataques desordenados contra la presidenta de la Junta, Susana Díaz, por los gastos en prostíbulos de una fundación ya extinta, Casado les pide que piensen en el fondo y no en las formas; y a los que están preocupados por el volantazo a la derecha que ha dado al recuperar el tema del aborto (y reclamar la ley de 1985 y rechazar la de plazos de 2010) y negarse a regular la eutanasia, les responde con encuestas internas: según fuentes de la dirección, ese acelerón conservador les ha permitido mejorar y recuperar a algunos votantes abstencionistas y a las personas de más de 55 años que optaron por Cs en las dos últimas generales. «Ahora estamos conectando con la gente que se nos fue», afirman esas fuentes.

No lo ven con tanto optimismo en el PP andaluz, donde se quejan que con este proceso de derechización no se logrará recuperar el voto joven que se fue al partido naranja. Esa comunidad celebra elecciones el próximo 2 de diciembre y Ciudadanos sueña con tener un voto más que el PP para poder celebrar el sorpasso y coger impulso para las municipales y autonómicas del próximo mes de mayo.

«Casado nos ha subrayado que estamos en un momento de ‘reafirmación del voto propio’ y que hay que insistir en esos mensajes», señala un barón popular, que añade que ha pedido a los dirigentes regionales «ocupar los espacios políticos» en referencia a los medios de comunicación y «mantener una intensidad política muy alta». El presidente del PP es él mismo el principal referente de la alta exposición en la prensa, otra característica que en Génova defienden porque recuerdan que era una de las críticas más habituales que la oposición y los periodistas le hacían a su antecesor, Mariano Rajoy.

El líder del PP presentó ayer la nueva fundación del partido, Concordia y Libertad, cuyo presidente será Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente del Gobierno fallecido. El primer encargo que ha recibido es ayudar al «rearme ideológico» del partido. En un acto en una sala del Congreso, Casado explicó que espera que sea «heredera de la tradición» de las anteriores fundaciones del partido, desde los estudios económicos que «abanderó la FAES» de Aznar a los recientes trabajos de Humanismo y Democracia que impulsó Rajoy.