La pasión por la caza de Francisco Alvarez-Cascos le ha metido en problemas más de una vez. Ahora, el ministro de Fomento se las puede ver con la mismísima Dirección General de Aduanas e Impuestos Especiales, dependiente del Ministerio de Hacienda, al haber introducido supuestamente de forma ilegal dos urogallos cazados en Rumanía, según una denuncia de la Guardia Civil.

Según publica esta semana Interviú, las aves fueron abatidas por Cascos el pasado abril en Zagon (norte de Bucarest). El 1 de mayo Francisco de Ipiña, un amigo del ministro, trasladó los pájaros hasta Madrid.

ESPECIE PROTEGIDA

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) los encontró el 19 de septiembre en el taller de un acreditado taxidermista tras una "inspección rutinaria". El urogallo es una especie protegida en España y en todo el territorio de la UE. Rumanía es uno de los pocos países del mundo en el que la caza del animal está aún permitida.

Los urogallos abatidos por Cascos, siempre según Interviú, no estaban acompañados de la documentación que acreditaba que habían sido revisados en la aduana del aeropuerto, por lo que los agentes denunciaron el hecho a la Dirección General de Aduanas e Impuestos Especiales.

El expediente, según la revista que cita fuentes aduaneras, se encuentra en estos momentos "pendiente de inicio y tramitación". La denuncia hace referencia a una infracción administrativa de contrabando y podría zanjarse con una multa y el decomiso de las aves cazadas por el ministro, que "ya adornan sendos rincones de su casa".

Al respecto de la afición de Alvarez-Cascos por las cacerías, el diputado del grupo parlamentario socialista Gerardo Torres Sahuquillo ha pedido a la Mesa del Congreso que reconsidere el acuerdo por el que rechazó varias de sus preguntas relativas a la afición cinegética del ministro. En su escrito de amparo, Torres Sahuquillo acusa a la Mesa de "sobrepasar los límites que fija la jurisprudencia del Tribunal Constitucional a su potestad en la calificación de las iniciativas".

Una de las preguntas del PSOE rechazadas se refiere a la cacería que realizó el ministro en el Pirineo leridano el fin de semana del 16 y 17 de noviembre, con el Prestige amenazando las costas gallegas. En ese momento, Alvarez-Cascos era el máximo responsable de la gestión de la crisis del petrolero siniestrado.