Una nueva actuación judicial situó ayer al PP de Mariano Rajoy en la encrucijada de encastillarse en la defensa de sus dirigentes o soltar lastre. La Audiencia Nacional emitió un severo veredicto contra los militares encargados de repatriar los cadáveres del Yak-42 que salpica al exministro Federico Trillo, responsable político de la gestión del accidente. El PSOE pidió que deje su acta de diputado pero su partido respaldó su declaración exculpatoria. Como en el caso Camps , Rajoy ha optado por mirar hacia otro lado.

Trillo, al igual que el presidente valenciano, defendió frente a los críticos la reelección de Rajoy como presidente de su partido hace apenas un año. El tribunal presidido por Javier Gómez Bermúdez --el mismo del 11-M-- condenó a tres años de cárcel al general de división Vicente Navarro por falsificar a sabiendas las identificaciones de 30 de los 62 cadáveres de los militares fallecidos en el accidente del avión bielorruso. Sus dos ayudantes, el comandante José Ramírez y el capitán Miguel Sáez, han sido condenados a un año y medio como cómplices de falsificación de documento público.

CUESTION DE PRIORIDADES La sentencia certifica que Navarro falseó los datos para poder llegar a tiempo al funeral, pero no aclara si lo hizo a instancias de ningún superior ni entra en los motivos que llevaron al general a dar prioridad a la ceremonia antes que a la identificación correcta de los cadáveres.

Los jueces rehúsan analizar "la conducta de personas no acusadas sobre las que no se ha practicado prueba". Una de esas personas "no acusadas" es el hoy diputado Federico Trillo. Desde el fatal 26 de mayo del 2003, las víctimas le han señalado como el máximo responsable tanto del accidente como de las identificaciones erróneas, así como del bochornoso intento de encubrirlas. Durante el juicio, varios testigos afirmaron que Navarro y su equipo trabajaban con premura porque tenían "órdenes" de llegar al sepelio, cuya fecha fijó el ministro la tarde del día siguiente a la tragedia.

Trillo mantuvo un mutismo absoluto al respecto. Hasta ayer. El exministro convocó a la prensa en la sede central de su partido, pero con la advertencia de que no aceptaría preguntas. Se trataba solo de vender su versión. Y así fue. Se limitó a leer un comunicado en el que recalcó que siempre atendió a las familias de los fallecidos y que tanto él como sus colaboradores se esforzaron en organizar el retorno de los cuerpos y el funeral.

Trillo negó que conociera de antemano los errores en las identificaciones y aseveró que los que intervinieron en la repatriación de los cuerpos actuaron "de buena fe". "Tengo que respetar la sentencia, pero no que compartirla, máxime cuando aún no es firme", espetó. También recordó que los condenados tienen aún posibilidad de recurso y reclamó respeto para ellos.

RAJOY GUARDA SILENCIO El PP remitió oficialmente al comunicado del exministro. Por tanto, apoyo total. Oficiosamente, algunos diputados admitían que Rajoy podría cometer con Trillo "el mismo error" del que hizo gala en la anterior legislatura al mantener, pese a las críticas internas y externas, a Angel Acebes y Eduardo Zaplana en sus puestos. Fue imposible preguntarle ayer al líder del PP, que se empeñó en esquivar a los periodistas en el Congreso. Claro que el pasado mes de marzo explicó su posición en un programa televisivo. Trillo, sostuvo, no debía quedar inhabilitado para la política por el "error" que pudiera haber cometido con el Yak-42.

Varios de los familiares de las víctimas, que acudieron a la Audiencia Nacional, recogieron la sentencia con lágrimas en los ojos. "Falta determinar los responsables políticos. No queda mucho para llegar a la verdad y no es remoto constatar que Trillo ordenó tapar este asunto, lo que le convierte en el encubridor", advirtió el presidente de la Asociación de Familiares de Víctimas del Yak-42, Miguel Angel Sencianes. El PSOE no va a dudar en ir a por el exministro. El portavoz socialista de Interior, Antonio Hernando, fue explícito en la petición de dimisión. "Si Trillo supiese lo que es el honor y tuviese un poco de vergüenza, no permanecería ni una hora más en su escaño", dijo.