Los catalanes saldrán hoy a la calle para manifestarse, a partir de las seis de la tarde en el corazón de Barcelona, como muestra de repulsa por la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que invalida 14 artículos del Estatut y reinterpreta otros 27. Una sentencia que el alto tribunal tuvo a bien dar a conocer justo ayer, en vísperas de la gran marcha de afirmación catalanista. La difusión pública del texto definitivo de la sentencia, aprobada por el pleno del TC tras cuatro años de deliberaciones y desacuerdos, tuvo ayer un efecto sísmico en la política catalana.

Todos los partidos salvo el PP y Ciutadans pusieron el grito en el cielo, tacharon de "provocación" el día escogido por el tribunal y redoblaron sus llamamientos para una movilización masiva en defensa del autogobierno. Y, entretanto, el Ejecutivo central insistía en manifestar su satisfacción por el fallo del TC y trataba de explicar que la manifestación es, en realidad, contra el PP.

Lo que ni unos ni otros pudieron o quisieron revelar son sus planes para el día después de la marcha. Los socialistas catalanes piden cautela y abogan por esperar el dictamen de los expertos sobre la sentencia antes de tomar decisiones. CiU afirma que el TC ha convertido el Estatut en "papel mojado". ERC llama directamente al desacato y reclama la independencia para pasado mañana. El Partido Popular advierte de que la deriva de los convergentes cierra cualquier posibilidad de acuerdo. E ICV insiste en que la sentencia hace necesario otro referendo.

"CAMPAÑA" POPULAR El Gobierno observa, mientras, ajeno la marcha de hoy. Reconoce su legitimidad, por supuesto, y asume que la asistencia será nutrida, pero considera que lo que lleva a parte de la sociedad catalana a pisar la calle no es el malestar con una sentencia del TC sobre el Estatut que ha sido aplaudida desde la Moncloa, ni el desapego hacia el Estado de las autonomías, ni ciertas ansias independentistas. El motor, a sus ojos, es la "campaña" del PP contra Cataluña.

DISCREPANCIAS "Los ciudadanos de Cataluña llevan cuatro años sufriendo una irresponsable y desproporcionada campaña de confrontación promovida por el PP", señaló ayer la vicepresidenta primera. María Teresa Fernández de la Vega celebró de nuevo el fallo y evitó criticar al presidente de la Generalitat, José Montilla, que caminará tras una senyera solo unos metros por detrás de una pancarta que dice Som una nació. Nosaltres decidim (Somos una nación. Nosotros decidimos). "Montilla ha dicho que acata la sentencia y ha descartado convocar un referendo", recordó la vicepresidenta, quien, no obstante, admitió que el PSOE y el PSC pueden "discrepar" en "algunas cosas".

Mientras, Montilla apeló anoche en TV-3 al sentimiento catalanista para subrayar la trascendencia del momento. "Hay que salir a la calle como un acto de catalanidad y de unidad", proclamó. El president reconoció que en la protesta coincidirán personas de ideologías distintas e incluso de opiniones diferente sobre el Estatut.