Un centenar de personas se congregaron hoy para pedir una "democracia real" en la acampada organizada por el movimiento de "indignados" de Bruselas en una plaza del barrio de Saint-Gilles. Los integrantes de "Democracia Real Ya-Bruselas" comenzaron a llegar hacia las diez de la mañana a la plaza de Moscú e instalaron una decena de tiendas de campaña, así como una barra de comida para atender a los que deseen unirse a la protesta, que está previsto que dure hasta el domingo. A media tarde, los presentes rondaban el centenar -incluidos algunos niños-, entre jóvenes españoles, belgas, italianos y de otras nacionalidades europeas. La acampada se decidió la noche del jueves durante una asamblea de "Democracia Real Ya-Bruselas", por lo que no influyó el intento de desalojo de la plaza de Cataluña, aunque para Marc Lancharro, de 31 años, lo ocurrido en Barcelona supone una "barbaridad por parte de la Policía, que antepone el fútbol a la democracia". Lancharro, enfermero en paro de 31 años que se ha mudado a Bruselas para buscar trabajo, protesta por "el bipartidismo que hay en España, que se dedica a apoyar a los corruptos y a los banqueros en vez de ayudar a la gente". Ainara Azurmendi, de 27 años, trabaja en Bruselas como informática en un banco y teme no poder regresar a España cuando lo desee debido a las condiciones laborales. "Me cuesta indignarme porque tengo suerte, un trabajo y buenas condiciones aquí, pero ¿tengo la opción de volver a España y tener un trabajo allí?", se pregunta. Fuentes internas del movimiento explicaron a Efe que la composición del mismo ha ido variando desde que nació, de manera que los españoles han ido perdiendo peso en favor de "indignados" belgas y de otros países europeos que buscan ampliar el foco más allá de España. Las fuentes afirmaron que muchos españoles han ido desvinculándose del movimiento según avanzaban las propuestas concretas al no verse reflejados en los planteamientos. Aun así, el movimiento sigue abogando por evitar identificarse con las ideologías clásicas, y Efe pudo ver cómo dos manifestantes recriminaban a un hombre que pretendía enarbolar una bandera republicana.