La central nuclear de Ascó (Tarragona), parada por recarga de combustible, ha sufrido un vertido de unos 25.000 litros de agua contaminada desde el sistema de refrigerante primaria hacia el sumidero del edificio de contención, sin repercusiones en los trabajadores ni el medio ambiente, según ha notificado la planta al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El vertido tuvo lugar el jueves durante la calibración de uno de los cuatro canales de la recirculación semiautomática, proceso durante el cual se produjo la apertura no deseada de una válvula motorizada de aislamiento de los sumideros. El agua, que en ningún momento salió al exterior, mojó el calzado de 14 trabajadores que estaban por la zona. Estos operarios fueron sometidos inmediatamente a un control radiológico que no registró niveles de contaminación. Tras el accidente, los responsables de la central tomaron las medidas radiológicas reglamentadas que no detectaron ningún incremento en las lecturas de los monitores situados en la zona por lo que decidieron continuar con las actividades del programa de recarga de la planta. Inspección del CSN El CSN enviará en los próximos días una inspección reactiva para investigar las causas del suceso, aunque ha insistido en que el incidente no ha tenido repercusión en los trabajadores de la planta, la población o el medio ambiente. Sin embargo, la organización ecologista Greenpeace ha señalado que este nuevo accidente demuestra que la central no es segura y que cuantos más años pasan, más incidentes se producen. Asimismo, han alertado de que si la planta hubiera estado en funcionamiento cuando se produjo el vertido las consecuencias podrían haber sido graves ya que podría haber afectado la refrigeración del reactor.