El Ejecutivo de Pamplona fue uno de los fueros más batallados en las elecciones autonómicas del año pasado. Los socialistas navarros pretendieron pactar con los vasquistas de Nafarroa Bai (Na-Bai), una decisión que fue vetada por Madrid. Pero la dirección del PSOE prefirió entregar el Gobierno autonómico a la Unión del Pueblo Navarro (UPN) que hacer frente a las consecuencias que ese pacto podría haber tenido cara a las elecciones legislativas de marzo.