La ministra de Defensa, Carme Chacón, le ha declarado la guerra a las bombas de racimo y está decidida a destruir las 5.589 municiones que hay en España, operación que costará unos cuatro millones de euros. La ministra compareció ante la Comisión de Defensa para explicar el proceso de eliminación y prohibición de las bombas de racimo en cumplimiento del convenio que más de un centenar de países acordaron en Dublín el 30 de mayo. Además, el Gobierno destinará otros 4,4 millones de euros para la asistencia de las víctimas de explosivos. Chacón se ha fijado como objetivo destruir al menos cien municiones de racimo antes de la firma del convenio, el 3 de diciembre.

La ministra mostró dos ejemplares de municiones de racimo y explicó la historia de Suraj, un afgano que, con ocho años, perdió las piernas y vio morir a un primo al confundir una munición con una lata de comida.