Manuel Chaves acusó ayer en Barcelona al PP de estar "tensionando de nuevo la vida política hasta límites que rozan el abismo" con su postura "involucionista" frente a los nacionalismos y en relación con el modelo de Estado autonómico. El presidente de la Junta de Andalucía y del PSOE criticó la insistencia con la que muchos ministros y dirigentes populares acusan a los socialistas de "poner en riesgo la unidad de España".

El dirigente andaluz recordó que el PP critica a los socialistas por defender "la pluralidad y diversidad de España" y su "comprensión" hacia algunos partidos nacionalistas, así como por estar de acuerdo con la posibilidad de reformar algunos aspectos de la Constitución.

El presidente andaluz, que reconoció sus discrepancias con muchas propuestas de los nacionalistas, defendió el derecho de éstos a formar parte del sistema constitucional y la legitimidad de llegar a pactos con ellos.

"La experiencia demuestra que así ha sido, incluso con quienes ahora son abominados y aparecen entre sí como enemigos irreconciliables", añadió, en alusión a la alianza entre el PP y el PNV que se produjo en la primera legislatura de Aznar como presidente del Gobierno.

Chaves proclamó que el Estado de las autonomías "es uno de los mayores activos" del sistema político español. Añadió que ese modelo ha hecho posible "la España plural, de la diversidad y la solidaridad".

COINCIDENCIAS

En su discurso, Chaves, reflejó muchas coincidencias con las posiciones que defiende el líder de los socialistas catalanes, Pasqual Maragall. Así, al igual que el dirigente del PSC, Chaves defendió la reforma del Senado y el derecho de las autonomías a estar en los Consejos de Ministros de la Unión Europea. También reclamó la creación de un consejo que reúna periódicamente al presidente del Gobierno y a los de las autonomías.

Chaves acusó al Gobierno del PP de haber puesto en marcha numerosas iniciativas "que han supuesto la invasión o el recorte de competencias" de las comunidades autónomas.

Chaves tuvo como auditorio de su conferencia a diversos dirigentes socialistas, entre ellos su primer secretario, José Montilla, así como a la cúpula del Círculo de Economía de Barcelona.