A tres días del debate del Estatuto catalán en el Congreso de los Diputados, Manuel Chaves reivindicó ayer la paz entre autonomías. El presidente del PSOE y de Andalucía, que se desplazó a Bilbao para la clausura del congreso del PSE, arremetió contra el PP por su estrategia de crispación y calificó de "políticamente brutal" la actitud del partido que lidera Mariano Rajoy. A su juicio, si a los populares "les importara la cohesión y la unidad de España", no se dedicarían a promover el choque entre comunidades. En esta línea, tildó de "auténtico desatino" que el PP intente convertir a Cataluña en un problema para España, y consideró "antidemocrática" su actitud por intentar impedir el debate del Estatuto en el Congreso.

Ante los presidentes de Cataluña, Pasqual Maragall, de Galicia, Emilio Pérez Touriño, y de Aragón, Marcelino Iglesias, Chaves defendió la conveniencia de afrontar el debate territorial. Lo situó entre las "prioridades" de los españoles y precisó que no tiene por qué ser un "debate dramático".

Chaves les recordó a los populares que "aquí nadie ha abierto un proceso constituyente, una segunda transición, esa tontería que va diciendo por ahí el señor Aznar". Y subrayó que "todos los estatutos pueden ser modificados" en las Cortes. Ese "es el problema de la derecha de siempre, que se les llena la boca de hablar de España, pero no tienen confianza en los españoles", añadió el presidente del PSOE. E insistió: "Que España se rompe y que España se hunde" es una "retórica de la derecha pura y dura". En su doble condición de dirigente del PSOE y de responsable de un gobierno autonómico, Chaves elogió el modelo español del Estado de las Autonomías y defendió la continuidad de ese modelo a través de las reformas: "Para preservarlo tenemos que modernizarlo, adaptándolo a los nuevos tiempos", manifestó.

DISCUSION DE FONDO Otro protagonista en el cónclave del PSE fue Pasqual Maragall, que resucitó lo que, a su juicio, es la "gran discusión de fondo pendiente" de la política española: la reforma de la Constitución de 1978. Maragall insistió en que, pese a que la actual Carta Magna "ha ido muy bien", ahora necesita de una "puesta al día".

Esta reivindicación no impidió que Maragall reclamara al PP que no se autoexcluya del debate sobre el Estatuto. Apuntó que como partido que ha gobernado en España y que aspira a volver a hacerlo, le interesa que salga aprobado un Estatuto que sea útil tanto para Cataluña como para el Gobierno de España, "el actual y los futuros". Maragall remarcó que este factor ha de ser tenido en cuenta.